Pura alacranina

Ecologistas, académicos, dizque expertos y opositores (por supuesto) del PRI ya están rompiéndose las vestiduras acerca de que el Arrecife Alacranes quedó hecho un real desastre.

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La neta, estimados lectores, el tema sobre el descenso del helicóptero en Arrecife Alacranes, en el cual viajaban el senador del PRI Emilio Gamboa Patrón, el influyente empresario yucateco Emilio Díaz Castellanos y otro “panecito grande” de por estos “lares”, y los supuestos destrozos en el hábitat y ecología marina de tan bello sitio tendrá que arreglarse en el ámbito federal y, lo más seguro, es que no suceda nada.

Ecologistas, académicos, dizque expertos y opositores (por supuesto) del PRI ya están rompiéndose las vestiduras acerca de que el Arrecife Alacranes ya quedó hecho un real desastre; que se perdieron un titipuchal de especies de fauna y flora; que si la arena, en lugar de mantener su blancura (cual pasta bucal milagrosa) ya mutó a negrura; y que las aspas de la aeronave mocharon cientos de cocoteros –si es que todavía los hay- para generar déficit en la producción mundial de agua de coquito.

Pues bien, independientemente de que el descenso del helicóptero donde viajaban famosos personajes del ámbito político y empresarial haya dañado una pizca –mayor o menor- de Alacranes, también habría que pedirle a los rabiosos quejosos que sólo suelen manifestarse por las redes sociales y esconden las jetas, que también griten a los cuatro vientos cuando decenas de embarcaciones de recreo, la mayoría lujosas, encallan y le parten su “mandarina en gajos” a los bancos coralinos de los islotes que conforman toda esa zona llena de belleza al natural.

Pero no, nadie dice nada. ¿Acaso no sería posible que el imbécil de Donald Trump, candidato de los republicanos gringos a la Presidencia del “imperio del mal”, también haya viajado, algún día de incógnito, al Arrecife Alacranes y con todo y yate haya transformado en ceviche a corales, pescaditos, langostas y a cuanta jaiba se le cruzara en el camino? Y así centenares de famosos mundiales y gente de la alta sociedad, desde Tixkokob hasta Mérida.

El objetivo es simple: se llama Emilio Gamboa y siendo del PRI lo más fácil es tratar de desacreditarlo ante la opinión pública. Cierto, el helicóptero no debió descender allí pero, con todo respeto, señoras y señores, ninias y ninios, hay asuntos de mayor trascendencia a nivel estatal. Por ejemplo, muy pocos se han pronunciado por los gachos y recientes crímenes de dos mujeres, una más famosa –la fotógrafa canadiense Bárbara McClatchie- que la otra –todavía en calidad de desconocida- pero, al final, ambas fueron a parar con San Pedro y ya debieron saludar a Juanga.

PRIMERA CAIDA.- Si las autoridades federales van a hacer algo en contra de los pasajeros de la aeronave, pues que sea en caliente, o de lo contrario, pues que se integre una comisión especial –estilo la de Tekax- para conocer sobre la ‘tortura’ del Arrecife Alacranes.

SEGUNDA CAIDA.- La banda ecologista, en lugar de quejarse y escudarse en redes sociales, que haga acto de presencia. El senador Gamboa seguro la recibirá.

TERCERA CAIDA.- ¿Y las dos asesinadas? ¿Acaso vale más un manojo de arrecifes que las vidas humanas?

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