Observamos un factor común en  estudiantes que han seguido de cerca el proceso electoral en la Universidad Autónoma de Yucatán o participan en él.

No deja de “brincar” el dato de que haya más de una federación estudiantil. Con el objetivo de algún ser perverso (así lo dicen algunos alumnos) de que nunca haya unidad entre los matriculados, una sola fuerza que pueda hacer frente a la autoridad universitaria.

Se acabaron los líderes estudiantiles que aunque, hay que reconocer, empleaban la violencia, hacen falta, sin violencia, pero valientes. De ésos ya no hay.

Además, ensayando y entrenando liderazgos en “grillita” se generan mitos. Los mitos: que los partidos políticos están detrás de las elecciones, que sea un mismo partido (el PRI) el que tiene en sus manos ambas federaciones NFU y Fedy y que el pleito entre una y otra no sea más que para ver qué poderoso político ejerce mayor control sobre los alumnos.

Que Acción Nacional (PAN) tuvo que doblar las manos con su única representación en la Prepa 1 para acatar las órdenes de NFU es sólo  fruto de la imaginación, algo que, como usted y yo sabemos, amigo lector, no pasa en la vida real.

Ni hablar de estratos mayores, de las elecciones de consejeros alumnos y maestros y del nuevo rector en noviembre, donde el proceso será (se lo juro) completamente democrático.