¿Qué está pasando en realidad con nuestra moneda?
El jueves de la semana pasada se hicieron públicas las cifras del sector servicio...
El jueves de la semana pasada se hicieron públicas las cifras del sector servicio, sorpresivamente mejor a lo esperado en los Estados Unidos, que le dio un nuevo impulso al dólar en el mercado internacional, arrastrando de nuevo al peso a la baja.
El dólar, en operaciones al mayoreo, se cotiza alrededor de 16.3828 unidades a la venta, con lo que está en la ruta de conseguir un nuevo máximo histórico de mantenerse en estos niveles en el resto de la jornada. En tanto que en ventanilla, el billete verde se ubica en 16.67 pesos.
Mire usted, de acuerdo al analista Enrique Quintana, hay dos formas de ver la cotización del dólar frente al peso, una de ellas es considerando exclusivamente el valor nominal que tiene, y la segunda, la relación que existe entre la paridad y el diferencial de inflaciones entre México y Estados Unidos.
Vamos al detalle, imagine por un momento que en un año determinado el dólar costaba 10 pesos. Suponga que al siguiente año la inflación de México era de 5.0 % y en Estados Unidos de 1.0 %. Si se mantuviera la misma relación de poder adquisitivo entre el peso y el dólar, sería indispensable que cambiara la paridad entre las monedas y que el peso se depreciara en la medida del diferencial de inflaciones, es decir 4.0% (3.96% para ser precisos).
Así, para mantener la misma paridad real, sería necesario que la cotización del dólar fuera de 10.04 pesos. Bajo esa premisa, veamos cómo le ha ido a la paridad real del peso frente al dólar en los últimos años. Remontémonos al final de 2007, previo a la gran crisis financiera de 2008.
En ese entonces, el precio del dólar era de 10.91 pesos. Aún no conocemos la inflación de julio, pero se estima en algo así como 0.15 %, así que desde el cierre de 2007 al final del mes pasado, la inflación acumulada en México fue de 34.1%. En Estados Unidos, para el mismo período, la inflación puede estimarse en 10.4%, de esta manera el diferencial de inflaciones en poco más de siete años y medio fue de 21.4%, esto quiere decir que para mantener la paridad de poderes adquisitivos respecto al cierre de 2007, la cotización del peso frente al dólar debería haber sido de 13.24 pesos.
Considerando la cotización al cierre de julio, de 16.13 pesos para el dólar interbancario, hubo una depreciación real del peso de 21.8 %. El hecho de que no se haya trasladado a precios domésticos el alza del dólar significa que en términos reales la depreciación es mayor que cuando, como el pasado, había una traslación de inflación.
Uno de los signos de este hecho es el costo laboral en dólares. Puede estimarse que el salario medio de cotización del IMSS haya terminado julio en 298 pesos diarios, lo que resultó equivalente a 18.4 dólares diarios. Al final de 2007 el salario medio en dólares era de 19.3 por día, esto significa que en un período de siete años y medio, con el tipo de cambio actual, hubo una caída de 4.7 % en el valor en dólares de los salarios.
En la perspectiva de las empresas que invierten en México, la noticia es muy buena, pues se les abarata el costo laboral a los empresarios foráneos. El problema es que más temprano que tarde, el costo de la canasta para cierto sector de asalariados se va para arriba, por eso sería deseable que la cotización del dólar estuviera más cerca de la paridad real previa a la crisis.
Sin embargo, creo que sería peor el remedio que la enfermedad si es que el Banco de México o las autoridades hacendarias pretendieran a toda costa hacer que bajara la cotización. Como se ha probado ya muchas veces en México: somos ineptos para meterle mano al mercado.