¡Que Fox saque los de Apizaco!
En el PAN, más que la sociedad civil en su conjunto, tachan al señor licenciado don ex presichente de traidor.
Justo cuando comenzamos a extrañar sus intelectuales reflexiones de profundo conocedor de los misterios de la vida y la muerte, el ex presichente Fox reaparece hacernos sentir cuánto nos hacen falta su lucidez y capacidad de discernimiento. Cuando afirma que Calderón atentó durante su sexenio contra los derechos humanos, no solo jode a su enemigo político, sino que le da una caricia a quienes señalan a Jelipillo como el auténtico peligro para México; y si afirma que Peña Nieto es cumplidor, sus razones tendrá para decirlo y no solo por lambiscón, como afirman las almas poco pudibundas, sobre todo si pensamos que cuando menos a él le cumplió en ahorrarle no digamos al escrutinio público, sino cuando menos una auditoría sin anestesia.
Fox, como Maradona, es un sentimiento. Si no, de qué otra manera explicamos la manera tan elegante y distinguida con la explica a la luz de todos los rigores científicas que, en efecto, con la pensión presidencial “apenas me alcanza para comer frijolitos”. Y es lógico que los 205 mil pesos mensuales que recibe nada más por la dicha inicua de tenerlo entre nosotros.
Tiene razón, con esa triste pensión más seguro médico y guaruras, quién diantres podría hacer algo en esta vida más allá de echarse unos tacos de frijol mirando en lontananza la inspiradora silueta arquitectónica del Centro Fox.
En el PAN, más que la sociedad civil en su conjunto, tachan al señor licenciado don ex presichente de traidor como si hubieran encontrado a Montana en su clóset. En realidad Fox Quesada hizo lo que cualquier otro mexicano honesto hubiera hecho: escapar de una institución decadente, desprovista de gracia, donde todos se pelean y acuden en tropel a casas de mala nota para gastar una lanota.
Muchos se burlan de Fox, pero a él nunca se le hubiera ocurrido armar una iniciativa como la del Partido Verde que, con tal de superar sus patrañas a favor de la pena de muerte, regresan con la intención de impedir en el DF cualquier espectáculo con personas desnudas, semidesnudas que no lleven la falda hasta el huesito. ¿Y ahora cómo van a organizar sus fiestas en el PAN, qué hará la CTM para festejar sus aniversarios, qué será del Nini Verde y sus reventones, qué quedará de Catémoc Gutiérrez y los Topo Gigios?
No parecen entender que si logran su objetivo, en los submundos cundirá la sordidez. Hay gente así, que quiere cerrar infiernos abriendo otros peores. ¡Ay, don Fox, saque los de Apizaco!
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