Que lo económico no quite lo ambiental
Lo que me pareció más importante del informe del banco es que pone un acento especial en el tema ambiental, algo que también debe quedar en esta segunda etapa de la reforma.
Si bien hay que esperar las leyes secundarias, la reforma energética será positiva para la economía, pero los efectos no serán inmediatos”, me comentaba Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA-Bancomer, quien esta semana presentó el informe que el banco preparó sobre situación regional sectorial.
Por ejemplo, en el tema de extracción, su equipo de analistas estuvo haciendo consultas con otras compañías petroleras con pozos en aguas profundas en otras zonas del Golfo de México y el tiempo promedio para comenzar a producir una vez encontrado el yacimiento es hasta de cinco años.
Pero lo que me pareció más importante del informe del banco es que pone un acento especial en el tema ambiental, algo que también debe quedar en esta segunda etapa de la reforma.
“Si bien este punto está contemplado en la ley, es muy importante que se regule, que se mantenga un equilibrio ambiental, sobre todo en la producción de gas de lutitas”, explica Serrano. Es fundamental que en el texto de las leyes secundarias quede establecida una cláusula de seguridad ambiental sobre el uso, reciclaje y reutilización de agua, un elemento de uso sumamente intensivo para obtener el gas shale o de lutitas.
Para extraer este energético (tan de moda y tan barato en Estados Unidos) se va fracturando (fracking) el subsuelo mediante una mezcla de agua, arena y productos químicos inyectados a una enorme presión. “Es importante que la legislación proteja el uso del agua priorizando el consumo humano”, agrega Serrano. Se calcula que cada perforación utiliza entre 11 y 26 millones de litros de agua.
“Creo que un buen ejemplo a seguir es Noruega, que tiene una regulación adecuada del ambiente en la explotación de hidrocarburos”, agrega el economista de Bancomer.
El debate del fracking está a la orden del día en Europa y Estados Unidos. Incluso hay un movimiento cultural antifracking con muy visibles embajadores como Robert De Niro, Susan Sarandon, Salman Rusdhie y Yoko Ono.
Incluso, hasta grabaron un videoclip oponiéndose a este método titulado Don’t Frack My Mother.
Estaremos muy atentos para saber qué incluye la letra pequeña de nuestra reforma energética sobre un tema tan importante como el respeto al medio ambiente.