“Lo que ya se nos olvidó es por qué no se tenía que olvidar…” el 2 de octubre, comenta un personaje del cartón que en esta fecha memorable nos regala el gran Jabaz.

Y es que la memoria se azolva cuando quienes pretenden conmemorar el fúnebre tlatelolcazo deshonran a los muertos (no solo de esa fecha, por cierto) y pervierten el sentido profundo del Movimiento Estudiantil, ese sí popular, de 1968.

Uno de los convocantes a la movilización de esta tarde, Félix Hernández Gamundi, confundió ayer el de aquellos años con el México de hoy: hace 45, recordó, el problema era policiaco (también el Ejército fue usado como fuerza represora). Pero su premisa derivó en sofisma: para la caminata de hoy, aventuró, “si no hay policías, está garantizada una marcha pacífica…”.

¿Qué de estudiantil y popular tienen sus rijosos compañeros marchantes de la CNTE, que llevan casi dos meses violando el derecho de sus alumnos a la educación y que, como los vándalos que han estado colándose, agreden a la Ciudad de México y se divierten madreando policías?

Indigna que se recuerde así aquella matanza.