Hoy platicaremos acerca de la vacuna contra el virus de papiloma humano (VPH). Esta vacuna, al igual que cualquier otra, funciona confiriendo inmunidad que protege contra este virus al  formar anticuerpos (sustancias que nuestro organismo produce como reacción a un agente). 

La vacuna tiene componentes únicos de superficie de VPH, que, al actuar entre sí, forman partículas virales no infecciosas porque no contienen ADN. Aunque se sabe que las vacunas contra VPH pueden ayudar a impedir infecciones futuras, es pertinente señalar que no elimina las infecciones presentes. 

En cuanto a su efectividad, las dos vacunas comercialmente disponibles (Gardasil y Cervarix) son efectivas para impedir infecciones contra tipos específicos de VPH como son el 16 y el 18, los llamados oncogénicos.

¿Por qué es importante la vacunación contra el VPH? Porque su aplicación tiene el potencial de reducir hasta en dos terceras partes el número de muertes por cáncer de la matriz si todas las mujeres se vacunaran. Igualmente, la vacunación puede hacer que disminuya la necesidad de atención médica, de biopsias y de procedimientos agresivos asociados con las secuelas de pruebas anormales de Papanicolaou, lo que redunda en disminución de los costos de atención médica y la ansiedad, nervios y miedo relacionados  con resultados anormales de Papanicolaou y de seguimiento cuando se requiere.  

Una inquietud natural acerca de las vacunas es si son seguras y se puede decir que han sido probadas a nivel mundial y las reacciones secundarias son mínimas (dolor en el sitio de aplicación por ejemplo), sin embargo hay que señalar que no se aplica a embarazadas. 

Se recomienda que la persona que recibe la vacuna permanezca sentada o acostada quince minutos por la posibilidad de desmayos. Más sobre la vacuna la próxima semana.