El martes pasado MILENIO NOVEDADES informó que la Sucursal Peninsular de Diconsa en Yucatán  iniciaría desde ayer (16 de febrero) la entrega de paquetes de 5 lámparas fluorescentes en municipios del interior del Estado, en el marco de un programa nacional para la sustitución de las luminarias, como se hizo en años anteriores.

A cambio del paquete de lámparas, el beneficiario (que debe ser  titular de algún registro de la Comisión Federal de Electricidad) deberá donar el número de focos incandescentes que desee (por lo menos uno). En el Estado se entregarán 169 mil 773 paquetes de focos, en 462 tiendas comunitarias, equivalentes a 848 mil 865 lámparas ahorradoras. 

Sin embargo, desde el 1 de enero de 2015 la venta de los focos incandescentes (de 40 y de 60 watts, que son, se supone, los únicos que podían estar a la venta en tienditas y supermercados) debió haber quedado prohibida en México, debido a la entrada en vigor de la Norma Oficial Mexicana NOM-028-ENER-2010, aprobada en 2013, “con el objetivo de ahorrar energía eléctrica y  coadyuvar en el cuidado del medio ambiente, al disminuir la contaminación que provoca la emisión de dióxido de carbono”.

Cabe destacar que dicha norma debió haber entrado en vigor en 2014, pero las autoridades decidieron aplazarla un año más.

Las lámparas incandescentes son el dispositivo eléctrico más barato, con precios que oscilan entre los cinco y 10 pesos y las lámparas fluorescentes compactas (LFC) cuestan cinco y hasta 10 veces más que los focos convencionales (actualmente hay algunas de 15 pesos, de baja calidad e iluminación, incluso focos chinos baratos, pero malos), aunque deben de durar hasta 10 veces más.

La medida de sustituir los focos incandescentes por las lámparas fluorescentes se impulsa en todo el mundo.  El sábado pasado, la Comisión Federal de Electricidad dio a conocer que, de 1993 a la fecha, el Sureste del país es el mejor cliente para la empresa.