¡Qué rayos sucede!
Quedó pendiente de juzgar, en el antiguo sistema, al primer feminicida, luego que el Congreso del Estado modificara el Código Penal local.
En el transcurso de mayo se registró un nuevo homicidio en contra de una mujer en el sur de la ciudad.
En esta ocasión, la damita fue ultimada con arteros golpes en la cabeza, a través de un madero o cualquier otro objeto contundente. Todo esto ocurrió en el interior de la casa de la malograda del fraccionamiento Ampliación La Hacienda, enfrente de la zona militar de la calle 42. La mujer fue identificada como Eugenia de la Cruz Barbosa, de 48 años de edad.
Y el 29 de abril pasado, Gay Alberto Báez García asesinó brutalmente a su esposa, delante de sus hijos menores de edad, en el interior de su vivienda, ubicada en el fraccionamiento Santa Cruz Palomeque.
Luego de asesinar a Karina de Jesús Echeverría Zapata, se clavó el arma en varias partes del cuerpo y durante nueve días permaneció en el Hospital O’Horán y finalmente falleció, quedando pendiente de juzgar, en el antiguo sistema, al primer feminicida, luego que el Congreso del Estado modificara el Código Penal local.
En el caso más reciente, el cadáver de la doña fue descubierto, en los primeros minutos del sábado, por su hijo de 16 años. La fémina estaba tirada a un costado de su hamaca en medio de un charco de sangre y con la cabeza reventada por los golpes. A pocos metros del lugar hallaron una tranca de madera.
La mujer vivía separada del padre de su hijo y era frecuentada por un sujeto de oficio albañil. La casa es humilde y carece de lujos, por lo que se descarta que el móvil del homicidio sea el robo, y todo se debe a un posible crimen pasional.
Pero el asunto es que de enero a mayo de 2013, en Yucatán se cometieron 10 homicidios dolosos, y ocho de las víctimas fueron mujeres. Los crímenes fueron considerados feminicidios por organizaciones no gubernamentales, a pesar de que la Fiscalía General del Estado mantiene sus reservas.
Además, tres de los ocho asesinatos en contra de mujeres se cometieron en abril, algo inusitado en la historia criminalística de la entidad.
El domingo 19 de mayo, Adybe Margarita Euán Chan, de 32 años de edad y, al parecer, dedicada a la prostitución, fue hallada muerta, degollada, en una esquina de peculiar nombre: “Las Brujas”, en la ciudad de Umán, conurbada de Mérida.
El 8 de enero fue encontrado muerto en su casa de Ciudad Caucel, Mérida, Juan Alberto Ávila Durán, profesor de inglés de una escuela secundaria.
El pasado 19 de febrero, Julio César Castro Alejos ahorcó a su pareja Gemma Guadalupe Pech Castillo, de 28 años de edad, y luego se suicidó infligiéndose heridas con un cuchillo.
En la población de Tekax, el 3 de marzo, cegado por los celos, Marcelino Uluac May asesinó a cuchilladas a su esposa Leidy Marlene Briceño.
El primero de marzo, en un predio de la colonia Nueva San José Tecoh, en Mérida, fue violada y asesinada a golpes la menor María Evelia Pech Quijano.
El 12 de abril, en un predio del fraccionamiento Plan México Poniente, Mérida, el trailero Joaquín Baños Pérez (a) “El Huacho”, asesinó de 16 cuchilladas a su amasia, la mesera Prudencia Poot Can.
El 19 de abril, en una casa de Pedregales de Tanlum (Mérida), fue muerta a martillazos Cecilia Cuate Ocampo, de 70 años. La asesina resultó ser una joven lesbiana Jessyca del Carmen Herrera Pino, de 24 años.
El 21 de abril, Víctor Manuel Amaro López mató a cuchilladas, también por celos, a su esposa, la mesera Cecilia Isabel Carrillo Bote, de 28 años.
El 9 de mayo fue encontrada amordazada y muerta por asfixia, la maestra jubilada y agiotista Nelly de los Ángeles Conteras Ramírez, de 68 años.
Aún no se ha detenido a nadie por este asesinato.
Amiguitos y amiguitas, ya saben: sugerencias para que este tipo de situaciones se alejen de la sociedad yucateca, enviarlas a [email protected] y/o [email protected]