Que se jodan Pujol y Biko

La zona de avenida Masaryk, donde se encuentran no solo Pujol y Biko, sino una decena más de los mejores restaurantes de la Ciudad de México, es un caos gracias al gobierno delegacional y su obra de remodelación.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Esta semana en la repartición de premios más importantes del mundo para restaurantes, una vez más dos mexicanos, Pujol y Biko, estuvieron en la lista de los mejores 100. 

Pujol en el lugar 20, Biko en el 59. Lo que han logrado Enrique Olvera y Mikel Alonso con sus lugares es impresionante. Además, detrás de ellos hay otro grupo de chefs/restauranteros del país que empieza a impresionar al mundo. En la versión latinoamericana de los mismos premios, los mexicanos dominaron. 

Por cierto, el éxito reciente de los cocineros mexicanos se ha hecho sin ayuda ni subsidio gubernamental, no hay becas para creadores —aunque lo hacen es un arte— ni sistemas nacionales que los cuiden y protejan.

Pues si usted quiere conocer lo que hacen chefs como Olvera o Alonso, más valdría que se apurara… no vaya a ser; porque Polanco, para ser exactos, la zona de avenida Masaryk, donde se encuentran no solo Pujol y Biko, sino una decena más de los mejores restaurantes de la Ciudad de México, es un caos gracias al gobierno delegacional y su obra de remodelación.

Los comerciantes de Masaryk suben todos los días a Twitter fotos de la obra abandonada, ni un trabajador, las máquinas apagadas. Un rumor es que se han atrasado los pagos, el constructor hace tortuguismo. Otro rumor es que alguien quiere que se cierren comercios que pagan rentas congeladas. 

Como si no fuera suficiente ese caos, se les ocurrió comenzar una obra en Horacio.

Los restauranteros, por su parte, se organizan y resisten. Hacen eventos especiales, comen todos en los restaurantes de los otros, buscan a los medios, anuncian menús fijos y baratos para la hora de la comida. Lo que pueden. Una vez más, solos, defendiéndose de una medida gubernamental mal planeada, mal implementada, que ignoró las consecuencias. 

La obra, por cierto, apenas ocupa hoy una parte de Masaryk y falta arrancar en el tramo en el que se ubican más comercios.  

El señor delegado Romo visitó hace unos días la obra, se tomó fotos con su casco y su chalequito naranja y las mandó en un comunicado de prensa. Reiteró “que con la rehabilitación integral del corredor urbano, Masaryk se convertirá en la avenida más cosmopolita de la Ciudad de México”. 

Está en campaña. 

Alonso y Olvera, y muchos más, sobrevivirán. Hay mucho talento y mucho trabajo.

Lo harán a pesar del ¡que se jodan!  De parte del delegado y otros en el Gobierno de la ciudad. 

Lo más leído

skeleton





skeleton