Ayer Quintana Roo –con 42 años de existencia- inició una nueva era. Carlos Joaquín González, de la dinastía política más influyente en la vecina entidad, asumió como el octavo gobernador y el primero no emanado del PRI (partido en el que militó hasta fines de 2015). Llega al mando arropado en las siglas de dos partidos supuestamente antagónicos (el derechista PAN y el izquierdista PRD), pero a los que el pragmatismo a ultranza ha hermanado contra el enemigo de ambos, el partido en el poder.

Carlos Joaquín, un producto netamente yucateco –en Yucatán nació, estudió, trabajó hasta los 40 años de edad y fundó a su familia- derrotó a Mauricio Góngora, una inesperada apuesta del saliente Roberto Borge Angulo tras la accidentada contienda interna en el priismo.

El nuevo gobernante llega a un estado sumido en deudas (22,500 millones de pesos, con una tasa de endeudamiento per cápita de 16,918 pesos, la más alta de México), en “quiebra financiera” –admitida por el mismo Joaquín González- y que arrastra un déficit de 2,700 millones de pesos.

En esta materia, según CNN Expansión, el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) y Fitch Ratings han considerado que la deuda pública representa una alerta para la estabilidad económica de Quintana Roo, pues es la entidad con mayor deuda con respecto a su Producto Interno Bruto (PIB), ya que alcanza 8.5%, dejando atrás a entidades como Coahuila, Nuevo León y la Ciudad de México, que tienen volúmenes de deuda más elevados.

Todo eso y más hereda Carlos Joaquín, por ejemplo: “A pesar de que Quintana Roo cuenta con una de las zonas turísticas más importantes de México, hay 107,000 personas en condición de pobreza extrema y 445,000 quintanarroenses padecen pobreza moderada. Esta última cifra representa el 35.59% de los 1.53 millones de habitantes que estimaba el Consejo Nacional de Población en 2014”, señala CNN Expansión.

Y también la presencia reconocida de cárteles de la droga enclavados en la zona turística, donde son frecuentes los secuestros y asesinatos al estilo de las grandes mafias.

Esa es la herencia de quien es conocido en Quintana Roo como “El yucateco”. Es bueno saberlo porque va a gobernar al vecino más importante de Yucatán. Nos conviene que le vaya bien.