Queda el PRI sin grasa

En 17 años en el cargo de dirigente del PRI de la Capital del país, “Lechón Man”, además de dar nulos resultados electorales, se la pasó amenazando a medio mundo.

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¡Es un ave! ¡Es un avión! ¡No! ¡Es Lechón Man!

Así se puede describir al siniestro, impresentable y asqueante sujeto llamado Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, hasta la semana pasada dirigente del PRI en el Distrito Federal, quien presuntamente encabeza una red de prostitución al interior del mismo tricolor, mediante la nómina donde chambean guapetonas chamaconas.

El sujeto, un auténtico mactá, con la lonja más grande del mundo en la parte trasera de su cuello que ya mero grita: ¡“Renán (Barrera Concha), préstame tu ventanilla única para pagar los sueldos de mis chicas”!, fue “renunciado” de su cargo después de 17 años en el poder, tiempo en que jamás pudo ganarle una elección al PRD pero sí, a cambio, mandar golpear –al estilo Glorieta de la Paz de Mérida en 2011- a cuanto panista, perredista y hasta priísta se le pusiera en su camino.

Aunque tal vez sea muy difícil comprobarle al “marranezco” Cuauhtémoc lo de su presunta organización de prostitutas derivadas del PRI, al servicio del más caliente de los mortales capitalinos, ahora se le presenta una excelente oportunidad al tricolor para que tan siniestro sujeto (hijo del que era llamado el “rey de la basura” en el Distrito Federal) se vaya a chiflar a la loma a otra parte y deje de ser una lastre para el Revolucionario Institucional, aunque sus líderes tampoco se atrevían a botarlo, siquiera a controlarlo un poquito.

En 17 años en el cargo de dirigente del PRI de la Capital del país, “Lechón Man”, también conocido como el “Diputado Basuritas” (aunque no lo crean, amables lectores, este big porky alcanzó en su momento una curul federal; imaginamos que tuvo que disponer de dos sillones para acomodar su esbelta figura), además de dar nulos resultados electorales, se la pasó amenazando a medio mundo, así como sobornando a figuras centrales del tricolor para quedarse en el poder. Nada tonto, el grasiento tipo sabía que de allí dependía la mayor parte de su fuerza.

La verdad no es nada inverosímil que los altos mandos del PRI, desde hace años y los actuales, encabezados por César Camacho Quiroz e Ivonne Ortega Pacheco, hayan dejado pasar las tropelías de “Lechón Man”. La fórmula era simple: el dinero que presuntamente distribuía en el PRI para quedarse sentado. Pero la gota que derramó el vaso es su red de trata de chavas, además, incluidas en la nómina del tricolor.

Que sirva de ejemplo para el PRI. Quién sabe cuánto daño ocasionó el hombre de la lonja más grande detrás del cuello. La justicia debe encargarse de él, pero en México eso es algo muy difícil de aplicarse.

El PRI, por su parte, debería exigirle una “mochada”. Las elecciones intermedias de 2015 se acercan y la lana siempre hará falta, y ahora más que “Cuau” ya no proveerá recursos. Al menos, que presente un catálogo de chavalas. Chance y se distraen los rivales del PRD y PAN.

Amigas, amigos, ya saben: sugerencias para que “Lechón Man” vaya a vender a sus congéneres para la taquiza dominical, enviarlas a [email protected] y/o [email protected]

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