El delito portación de armas prohibidas no requiere que los probables infractores las anden paseando sino, simplemente, que los implicados las tengan a su alcance.

A los cuatro autodefensas de Buenavista Tomatlán, cuya captura suscitó el tenso episodio de un general del Ejército y una veintena de subordinados impedidos por una multitud de lugareños, durante varias horas, de abandonar las oficinas de la Policía Municipal (cuyo acceso está protegido por rejas), se les sorprendió cuando, junto con otros que botaron las armas y huyeron, establecían un “puesto de control” sobre la carretera Buenavista-Apatzingán, donde el Ejército aseguró 14 de diverso calibre, incluidas las prohibidas Beretta nueve milímetros y .38 súper.

La mera portación permite salir bajo caución y capotear el proceso penal en libertad, lo cual explica el afortunado desenlace.

Adicionalmente, este capítulo deja ver que los servicios de inteligencia precedieron, y qué bueno, la reactivación de las tropas en Michoacán.