¿Quién apoya a Patito?

El Gobierno del Estado no puede interferir en las cadenas de restaurantes, tiendas y bares para hacer respetar el derecho de Patito, la Cofeco no tiene la capacidad material para defender a Patito.

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No puede haber desarrollo social sin desarrollo económico, pero no puede haber desarrollo económico con un mercado manipulado y sólo la política puede corregir este problema.

El episodio de David y Goliat es un tema bíblico del que nacen muchas leyendas morales y un sinnúmero de temas sociales: luchan dos personajes en condiciones totalmente desiguales. David, joven casi desnudo, se enfrenta a Goliat, un guerrero consumado, armado y feroz, pero David lo sorprende  al tirarle una piedra y gana la batalla.

Ese romántico episodio día a día se repite en la historia de la economía, pero nunca gana el débil. Sucedió entre Coca Cola y Big Cola, sucedió en Yucatán entre panificadora Wonder y Bimbo, hoy le toca a cervecería artesanal yucateca Patito.

Resulta que las grandes cerveceras ofrecen exclusividades,  lo que significa que otorgan descuentos y otros incentivos para asegurar una venta exclusiva con la condición de no comprar a competidores. Estos contratos tienen su lado bueno, ya que hacen que la tienda tenga recursos extra para pintura, mesas y hasta refrigeradores, sirven para que no compren productos piratas peligrosos y también significan un crédito sin garantía.

El lado obscuro es que imponen todo o nada. Esto impide el libre acceso y concurrencia a marcas nuevas, quizá más baratas, y limita la libertad empresarial y movilidad comercial. Es así como la Comisión de Competencia Económica, a raíz de una demanda de cerveza Miller contra Grupo Modelo y  Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma en 2013, determinó que solamente un 25% de sus clientes iban a tener contratos de exclusividad.

Pero la instancia pertinente para regular el mercado en este caso es la Cofeco, no el Gobierno del Estado.

Los monopolios no son culpa de los empresarios, nacen de imperfecciones normales del mercado que toca al gobierno corregir, pero se sostienen y amplían por la falta de capacidad de la Cofeco de llegar rápidamente y solucionar contundentemente los derechos de las pymes que son el 90% del empleo del país.

Hoy le toca a Patito. El Gobierno del Estado no puede interferir en las cadenas de restaurantes, tiendas y bares para hacer respetar el derecho de Patito, la Cofeco no tiene la capacidad material para defender a Patito.

En mi opinión es una imperfección política que el Gobierno del Estado sólo pretenda hacer desarrollo económico con préstamos y subsidios, ya que debe tener más injerencia en los derechos económicos y proteger el libre mercado en sus territorios.

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