Déjeme iniciar contándole que el otro día iba manejando tranquilamente por Itzimná cuando vi un anuncio espectacular de una cerveza, esa que dice que es fácil ser hombre. Nada tiene de raro, podrá usted podrá, salvo por el detalle de que muestra a tres mujeres, una rubia, una morena y una pelirroja, y se acompaña de la leyenda “Buffet”. 

Ahora bien, cuando todavía estaba en el cargo Ivonne Ortega, un diario local osó publicar una editorial en donde se le daban atributos un tanto irrespetuosos y ofensivos. En ese momento, funcionarios, diputados, militantes y sociedad se manifestaron en contra de esas actitudes e incluso hubo quienes tomaron tribuna para proferir a los cuatro vientos que una ofensa así nos ofendía a todos y que ellos nunca iban a permitir que eso sucediera. Fue enorme el suceso; la opinión de un editorialista, se convirtió en un asunto de estado.

Yo me pregunto dónde quedaron esos activistas que ahora permiten que anuncios como el que describí sigan proliferando por toda la ciudad. ¿La campaña es machista? Sí. ¿Denigrante? Mucho. ¿Inapropiada? Completamente. ¿Algún político autoproclamado defensor de las mujeres ya se pronunció? No. 

Una nunca quiere pensar mal, pero creo que esa fachada de feminismo y lucha por el respeto a la mujer no aplica cuando interviene una empresa cervecera importante, ni cuando afecta a todo el género femenino en vez de sólo a una mujer. ¿Hay congruencia? Ninguna. 

Lo que los políticos no han visto es el gran potencial de aceptación que recibirían si abanderan una causa así, además, claro está, de la satisfacción moral. No es secreto que el sector de votantes femeninas es importantísimo en una elección. ¿Cómo creerles cuando nos dicen en campaña que van a hacer programas y acciones que fomenten la equidad de género, cuando en tiempos no electorales no hacen nada?

Como afortunadamente en este país estamos entendiendo que los políticos poco ayudan, una ciudadana inició una petición para el retiro de la campaña. Si usted quiere informarse al respecto, le sugiero que visite www.change.org y busque “Es fácil ser hombre”. Ahí podrá firmar para solicitar su remoción. 

Este caso es sólo un ejemplo de que entre los políticos cada vez prolifera más el sumarse a la causa del que está en el poder, en lugar de sumarse a la causa de los ciudadanos.

Hace un año todos eran feministas, trabajaban de corazón y no iban a ningún evento sin portar el tradicional traje yucateco. De unos meses para acá, todos corren, participan en carreras y hacen ejercicio. Ni una ni la otra están mal, lo que está mal es que lo hagan descaradamente por quedar bien con quien tiene el poder, que a fin de cuentas no deja de ser un poder momentáneo.