¿Quién paga los platos rotos de la economía?

La deuda interna creció de 2014 a 2015 un 9%, y también representa un máximo histórico como porcentaje del PIB.

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La situación económica de México hoy es muy diferente a 2015 y las afectaciones, si bien no son catastróficas, apuntan a apretones del presupuesto. La pregunta es: ¿quién pagará los platos rotos, la Federación o los estados?

Primero: en 2015 la pérdida, no planeada en el presupuesto, del ingreso petrolero fue de  -32.9%; se tapó con el aumento de ingresos de impuestos, tampoco planeada, de +27.4%; el saldo lo cubrió la cobertura petrolera.

Segundo: aquí estamos sólo hablando de ingresos, bien por el SAT por salvar el hoyo. ¿Y  los gastos? Videgaray desde el principio del año recortó gastos y lo hizo fuerte, bien y rápido; pero al cierre de 2015 no fue suficiente, el déficit público fue histórico, con un 3.5% del PIB. Para que se den cuenta, en 2012 fue de 2.6%  y en 2014, de 3.2%.

Hay algo que no concuerda: si hay déficit público histórico, ¿cómo es que creció la economía 2.5%? La respuesta es simple: la deuda interna creció de 2014 a 2015 un 9%, y también representa un máximo histórico como porcentaje del PIB; se puede inferir que tuvimos un crecimiento ficticio porque crecimos con deuda, pero la realidad es que no es así,  las acciones de Videgaray no fueron crecer con cosméticos, aunque el esfuerzo en recorte al gasto no puede ser tan rápido como la pérdida de ingresos, pero su estrategia apunta a mayores recortes.

¿Y los estados?  Resulta que el año pasado todas estas distorsiones financieras y dolores de última hora las amortiguó el Gobierno Federal.

Expongo: las aportaciones y participaciones federales a Yucatán pasaron de 2014 a 2015, en miles de millones, de 21.2  a 21.5, aumentó un 1.41%, y a Quintana Roo, de 15 a 17.1,  o sea  aumentaron un 14%. La diferencia en Quintana Roo la asocio a acelerado crecimiento de población y la inversión en infraestructura pertinente.

Aquí está la gran diferencia con el sexenio de Calderón, donde los fenómenos macroeconómicos adversos siempre vinieron con recortes en presupuestos estatales, cosa que no ha sucedido en éste: la relación financiera con los estados es más unida.

La cuestión es que este año no espero otro aumento de impuestos, se quedan igual y ya se dio otro bajón fuerte de ingresos petroleros; sí espero ajustes al gasto público y también a los estados y va a ser primera vez, porque desde años pasados Videgaray se los ha comido solo. En lo que resta del año sólo espero recortes de presupuestos y fuerte promoción a las inversiones empresariales, sobre todo aquellas exportadoras o que sustituyan importaciones.

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