Con Magda González para MILENIO Televisión, el gobernador de la convulsionada entidad, Salvador Jara, dijo ayer:

“Aquí hay que ser muy cuidadosos. La idea de la Fuerza Rural, que es la policía que realmente estaría en las partes rurales de Michoacán, no tiene por qué tener armas. Se armó indiscriminadamente tanto a civiles como a policías. Esto en cualquier lugar del mundo es peligroso. Entre menos armas haya, mejor…”

Desde que surgieron, en este mismo espacio se insistió en que los paramilitares podían volverse incontrolables (como demuestra la experiencia en todo el mundo).

Sin idea clara de su origen, como tampoco alguna garantía de comportamiento institucional, el gobierno federal incorporó a esos grupos como Fuerzas Rurales permitiéndoles, mediante un sui géneris “registro” ante el Ejército, ¡conservar armas prohibidas!

Hipólito Mora no debió perder a su hijo, y la muerte de otros diezautodefensas devenidos “servidores públicos” jamás debió suceder.

Ahora un juez está por librar al menos 50 órdenes de aprehensión.

Otra palada de pólvora, pues…