Quintana Roo desempeña un rol fundamental en la globalización. No solo por su condición fronteriza con Belice, Guatemala y las Antillas, sino por su vocación turística promovida en los cinco continentes, lo cual le permite ser líder en llegada de visitantes internacionales al país. Sobre esta virtud es preciso insistir, dado que muchos no advierten su importancia, su potencial ni su proyección.

Ayer inició en Cancún el XXIX Congreso Anual de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales, “Cultura, gobernanza y globalización: La crisis de las instituciones en un mundo complejo” (que concluirá mañana 17), durante el cual se enfatiza la posición de México en el concierto de naciones, con un Quintana Roo abierto al mundo gracias al desarrollo del turismo, éste visto como palanca del desarrollo.

Convenciones como la AMEI, que son espacios privilegiados de interacción entre internacionalistas, colocan a la entidad como anfitrión y ejemplo de atracción para el resto de la república, consolidando así su vocación multilateral. Es, a todas luces, una ventaja competitiva que difícilmente la comparten otros de la región.

Esta es la realidad que debe ser asimilada por todos. En su intervención, la senadora Gabriela Cuevas Barrón, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, pidió a los asistentes del congreso reflexionar acerca de la realidad del México actual y los motores que pueden generar un verdadero cambio, como el turismo, por sus diversas bondades.

“No podemos obviar el hecho de que cada uno de nosotros forma una parte esencial de la construcción del proyecto México. En este sentido, no podemos exigir un país mejor si no estamos haciendo nada al respecto (…) Debemos saber qué tenemos y dónde estamos parados, para saber adónde queremos llegar”, sostuvo.

Esto último se puede vincular a lo anteriormente expuesto, sobre todo por un antecedente publicado semanas atrás en esta misma columna: no todos en Quintana Roo saben aquí cuán importante es el turismo para el estado y el país. Por lo mismo, basta recordar que los turisteros optaron por emprender una campaña de concientización en la población para cuidar los atributos que nos distinguen y, de paso, multiplicar la promoción del destino.

Cuando muchos ignoran los beneficios que generan las actividades del rubro, difícilmente podrán cuidar o difundir las cualidades de su entorno; peor aún, no pueden sumarse al “plan maestro” de la materia, por lo cual no aportan a la imagen país ni a marcas turísticas como el Caribe Mexicano, robustecidas por la promoción en ferias internacionales y mercados de todo el planeta.

La reunión anual de la AMEI representa ese esfuerzo por debatir y consensuar en tópicos de política exterior. En esta ocasión, académicos, investigadores y estudiantes comparten con los tomadores de decisiones (legisladores federales y miembros del servicio exterior), una oportunidad para participar activamente en la construcción de esa imagen país.

“En este marco podremos enfatizar la importancia del estado en la política exterior de la nación; frente a ello, la Universidad de Quintana Roo no solamente cumple la función de anfitriona, sino que además revitaliza hoy el aporte en el ámbito de las relaciones internacionales”, dijo su rector Ángel Rivero Palomo.

En una de las entidades más internacionalizadas -como la define el gobernador Roberto Borge-, el turismo es la vía para lograr mayor cooperación, más comercio internacional, mayor diversificación económica, más hermanamientos, más inversiones y más visitantes. Esta premisa deben tenerla clara no solo quienes fortalecen la vocación productiva de Quintana Roo, que está ganando presencia y prestigio en el mundo entero.