Quintana Roo completito
Muchos quintanarroenses –políticos y empresarios, en primera fila – han dividido a Quintana Roo...
Muchos quintanarroenses –políticos y empresarios, en primera fila – han dividido a Quintana Roo, imponiendo categorías que se han consolidado con el paso de las décadas.
La primera es del primer mundo, con un turismo de sol y playa que merece ser presumido ante el mundo: Cancún, la Riviera Maya, Cozumel, Isla Mujeres y Tulum.
La segunda, convertida en plato de quinta mesa y que tanto seduce a turistas europeos, principalmente: Chetumal, Calderitas, Bacalar, Majahual, José María Morelos, Felipe Carrillo Puerto y Lázaro Cárdenas.
El turismo va más allá de la oferta del sol y playa, y esto lo han comprendido en otras zonas del país y el resto del mundo. Ello explica el éxito de Campeche y Yucatán, donde se saca provecho a las zonas arqueológicas al por mayor, mientras en nuestro estado todo se agota en Tulum.
Hagamos un recorrido por las zonas arqueológicas del sur de Quintana Roo: Kohunlich, Dzibanché, Kininchná, Chakanbakan y Oxtankah. Pero los caminos de acceso son de pesadilla, ya que predominan los hoyancos en las carreteras secundarias. A ello se suma la inseguridad por la nula presencia de policías preventivos.
Incluso, Bacalar por su propia cuenta tiene una oferta capaz de seducir al turista más exigente, a menos que la mentalidad sea la de un burócrata de la Secretaría Estatal de Turismo.
Mucho trabajo tienen en sus manos las direcciones de turismo municipal, pero estas son un cero a la izquierda en Ayuntamientos como Othón P. Blanco, Bacalar, Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos y Lázaro Cárdenas.
Incluso, Othón P. Blanco y Bacalar pueden marchar hombro con hombro para promover un concepto integral, como debe ocurrir en la Ruta de las Iglesias, compartida por los municipios mayas de Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos.
Pero ciertos alcaldes colocan como directores de Turismo a elementos totalmente desubicados, quienes carecen de proyecto y se hunden en el anonimato, dejando inactiva una posición tan estratégica.
Nuestro estado no debe ser dividido con motivaciones discriminatorias, como ha ocurrido a la fecha. Porque todo el concepto Quintana Roo debe ser impulsado para que los beneficios del turismo lleguen a la mayor parte de la población, a fin de impulsar el desarrollo económico.
Y la Secretaría Estatal de Turismo está obligada a impulsar a todo el estado, a menos que quiera convertirse abiertamente en dirección de turismo de Cancún y la Riviera Maya.
Pero también nuestros prestadores de servicios deben hacer su rigurosa aportación, mejorando significativamente su oferta y dejando de derramar lágrimas de impotencia por los desaires que reciben de la Secretaría Estatal de Turismo.
El cambio de mentalidad es para todos.