Quise hallar el olvido al estilo Jalisco

Si yo o cualquiera tuviera un mal entendido con el SAT, este no te perdona, se limita a agarrarte a cascazos como granadero.

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Sobre todo cuando a pesar de tener la oportunidad de reconocer que todo se lo debía a su mánager, y que su evidente derrota era una experiencia karmática por subirse al ring con logotipos del PRI en los chones, Juan Manuel Márquez eligió una vez más alegar que le robaron la pelea, que los jueces estaban coludidos. O sea, si el público de Las Vegas no hubiera estado volcado con él, seguramente habría dicho que todos estaban maiceados con tarjetas Monex.

Nada más le faltó a ese chozno de don Plutarco ponerse a llorar como el Chicharito después de ver el gol que milagrosamente le salvaba el pellejo después de haber fallado ese maldito penal frente a Panamá. El partido fue aburrido y sin gracia, con una selección mexicana jugando como si nunca se hubiera ido Chepo de la Torre, salvado por un par de anotaciones que estuvieron muy por encima de lo que estaba en juego, como para que aún el calientabancas del Manchester United se pusiera a lloriquear en medio de la celebración. Aunque tomando en cuenta de lo que lo habían salvado, Chicharito tendría que haber encabezado una celebración en el Ángel.

Como sea, los lamentos de Márquez por lo menos fueron menos estridentes que cuando dijo que sus problemas con Hacienda eran un simple malentendido. ¿Un malentendido del tamaño de los servicios hospitalarios donde se deja que las parturientas den a luz en el pasto o en las salas de emergencia; o de las dimensiones de las declaraciones del góber guanajuatizante de Guanajuato, que no acepta que, después de la historia tenebrosa de Lucero, su administración es campeona en violencia contra las mujeres?

Si yo o cualquiera tuviera un mal entendido con el SAT, este no te perdona, se limita a agarrarte a cascazos como granadero. ¿Quién fuera como el ex góber panista de San Luis Potosí, Marcelo de los Santos, cuya acumulación originaria de moreiriñas y granieradas solo le ha costado un jalón de orejas?

Ya pensándolo bien, la mejor frase, además de las del goleador americanista Raúl Jiménez, que admitió que después de la chilena estuvo a punto de llorar (¡qué bueno que nos ahorró la dicha!) y del técnico Vucetich (“Aún no se gana nada”, que no se sabe si es certeza o premonición), es la del manager de Juanma cuando afirma categórico que Bradley, el oponente que le ganó a su pupilo por falta de punch, es tan suertudo que es el único boxeador invicto con dos derrotas. Pacquiao aplaudió.

Hay que hallar el olvido al estilo Jalisco.

www.twitter.com/jairocalixto

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