Rector tronado

Desde el viernes pasado, cuando se instalaron los estandartes rojinegros, Williams se escondió.

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Pasan los días y la llamada máxima casa de estudios de Yucatán, al menos pública, sigue paralizada por la falta de acuerdos entre el rector entrante, José de Jesús Williams, y el personal administrativo y manual de la Autamuady que, al parecer, está decidido a “soportar vara” como se dice popularmente.
Ciertamente, en su primer examen al frente de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), el rector Williams está, virtualmente, “tronado”.

Parece mentira que el máximo jerarca de la Uady no conociera las peticiones más elementales del personal administrativo y manual. Cada principio de año, los chambeadores de la Autamuady demandan mejores condiciones salariales a la rectoría, más bien, al rector en turno. Siempre se daban amagos de huelga, pero, de último momento, las partes interesadas concretaban acuerdos en beneficio parejo (u algo por el estilo). Al final, las sonrisas brotaban y el trabajo se mantenía sin problema.

Sin embargo, en esta ocasión algo macabro sucedió porque, en caliente, los afectados colgaron las banderas rojinegras en el edificio central de la Universidad y en todas las facultades, preparatorias y demás centros laborales que dependen del presupuesto universitario. Y la consigna de los empleados es ¡no ceder!

La demanda central es el incremento salarial. Los trabajadores piden un 10 por ciento o, por lo menos, determinada cantidad razonable. Pero el rector Williams y su séquito de asesores rechazaron dicho porcentaje y plantearon sobre la mesa de negociaciones un raquítico 3.4 por ciento, siendo que en 2014 el entonces mandamás Alfredo Dájer Abimerhi les ofreció el 3.5 de aumento. Pocos chistaron y los miembros de la Autamuady quedaron –por decir- bastante satisfechos.

Y desde el viernes pasado, cuando se instalaron los estandartes rojinegros, Williams se escondió. No da la cara y sus abogados pidieron en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje la inexistencia de huelga que afecta a por lo menos 23 mil alumnos en general y luego un amparo en un juzgado de distrito. 

Personal de Conciliación efectuó una votación para saber si los empleados universitarios estaban, o no, de acuerdo con mantener el paro de labores. Al final, más de 700 huelguistas optaron por continuar la lucha por mejores condiciones salariales y hasta laborales.

PRIMERA CAIDA.- Con esta actitud, el rector demuestra que lo suyo no es la negociación. O sea, que en los siguientes cuatro años estará en la rectoría de la Uady una persona que prefiere esconderse que dialogar. No está lejos de ser un pequeño dictador.

SEGUNDA CAIDA.- Los trabajadores administrativos y manuales saben que su demanda del 10 por ciento es imposible de lograr, pero no están cerrados a próximos acuerdos. Quizá si les ofrecen hasta un poco más del 3.5 por ciento, además de otros incentivos, la huelga se conjure.

TERCERA CAIDA.- La huelga puede acabar en cualquier momento o seguir un tiempo más. ¿Aguantarán los trabajadores o se saldrá con la suya José de Jesús? De todas formas, Williams está viéndose pésimo.

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