Reflexiones de un Grinch

Mañana es fecha clave según el calendario maya, pero lo especial del 21 de diciembre, es que marca la cuenta regresiva para navidad.

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Me tiemblan las plumas de la emoción. Nos acercamos a un día especial. Mañana no es un viernes cualquiera. Es el viernes marcado por las Profecías Mayas.

Siempre hay fechas especiales. En nuestra lejana infancia era pensamiento común que el mundo se acabaría en el año 2000. Al final de cuentas, el término de una década, de una centuria y de un siglo en un mismo día se tornó en un tiempo de romanticismo.

Recuerdo que muchos llevaron flores y serenata a sus parejas y vieron en esos tiempos el inicio de un nuevo ciclo.

Luego vino el 6 de julio de 2006. El apocalíptico número seis-seis-seis motivó un miedo pocas veces visto. Amas de casa con sus veladoras y rezos marcaron el verano de un sexenio atrás. Y de nuevo, en el 7 de julio de 2006 reinó el vaho de otra oportunidad para ser mejores.

Y mañana es la fecha clave en torno al Calendario Maya. De entrada, la efeméride borró las primeras versiones catastróficas que anunciaron calamidades para el martes 12. Resultó que el 12-12-12 se transformó en un día mágico: la música unió almas, gracias al concierto en pro de los damnificados del huracán “Sandy” en Estados Unidos.

Lo especial de mañana, es que marca la cuenta regresiva para la Navidad. Con sus manos, la inocencia infantil sube esferas y luces en los pinitos naturales o artificiales; colocan los animalitos y el pesebre. En los corazones puros se gesta el nacimiento de Jesús.

Y tenemos la oportunidad de ver en el recién nacido a la persona que llevaremos a la crucifixión con nuestros errores.

Como en las fechas especiales, es tiempo de agradecer la nueva oportunidad para corregirlos.

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