La 'reforma' con sangre entra

El discurso de los líderes de la CNTE es incendiario, provocador, temerario e insensato cuando expresan que la movilización no se detendrá.

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El derramamiento de sangre ocurrido en el municipio de Nochixtlán, en Oaxaca, nos debe alertar sobre el recrudecimiento del conflicto magisterial, pues el sacrificio de al menos ocho simpatizantes de los maestros que se oponían a la reforma educativa lejos de amedrentar a la CNTE le ha dado los argumentos para endurecer sus movilizaciones. No sé quiénes sean más necios, si aquél que pretende imponer la reforma educativa a la fuerza, con el garrote en la mano, o aquéllos radicales que todavía no entienden que la educación es el único medio para sacar de la pobreza extrema a un pueblo sin ley.

Bien y muy claro lo dijo Manlio Fabio Beltrones cuando renunció a la dirigencia de su partido político, el PRI: “Los electores dieron un mensaje a políticas equivocadas y a políticos que incurrieron en excesos”, esto al referirse a los resultados de las elecciones del pasado 5 de junio, tomemos de esto lo que le toca al secretario de Educación, Aurelio Nuño. Estas palabras deben ser escuchadas en Los Pinos y poner mucha atención en el conflicto magisterial que detrás de la polémica educativa lleva como trasfondo el reclamo de otros sectores de la sociedad por las malas decisiones políticas y los excesos. Los maestros no están solos, van arropados con el hartazgo, el coraje y la injusticia social de aquellas clases desprotegidas; de ahí son sus raíces, y darán todo por sus familias.

Hoy el discurso de los líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) es incendiario, provocador, temerario e insensato cuando expresan que la movilización no se detendrá, amenazan seriamente con la toma de dependencias federales y estatales, la del Instituto Estatal de Educación (IEEPO), la del Auditorio Guelaguetza y bloqueos. El cisma político  arrojó la renuncia de los secretarios del Trabajo y de Asuntos Indígenas del Gobierno de Oaxaca,  dejando ver claramente que las eternas diferencias entre los gobernantes y el pueblo es algo que  duele e indigna a todos.

Demos paz a este país, llevemos una transición educativa ordenada y con consensos de las partes; si en el pasado Emilio Chuaffet enconó el conflicto, hoy demos una salida política que nos permita “ver hacia el futuro el país que queremos y eso tiene que discutirse a profundidad”, ¿verdad Manlio? Qué caras resultaron las facturas y, eso que 2018 ya lo tenemos encima. No hay necesidad de despedir maestros, mejor capacítenlos.

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