Una abuelita del hospital me sacó una gran sonrisa, pues me acusó a un doctor diciendo: Ese médico me ha regañado, ustedes los doctores deberían de ser amables y no reprendernos así. La realidad es que el médico que la había regañado es uno de los más éticos y amables que conozco y la señora es una diabética e hipertensa en mal control debido a que no suelta su refresco ni los postres mientras se queja de que las medicinas no le hacen efecto, ¿así cómo verdad?

Los médicos siempre deben de ser amables y educados, es verdad que muchas veces cuesta trabajo por las largas jornadas llenas de estrés y súper mal pagadas que se tienen y la cantidad de pacientes poco educados que a veces nos tocan. Pero si un doctor te llama la atención ha de ser por una buena razón.

Cuando la mamá le dice a su hijita: no metas el dedo en la toma de corriente pues si lo haces te vas a electrocutar y de inmediato la niña lo hace, es preciso que la madre, pese a la preocupación, regañe a su hija para que ésta no lo vuelva a hacer.

Exactamente lo mismo ocurre: el paciente hace lo que el médico le dice que no haga o por su otra parte no hace lo que el médico le indicó, causando así un aumento en el daño a su organismo y con ello a su salud. Pese a la preocupación del médico, con todo y sus buenos deseos, reprende al paciente para que éste no lo vuelva a hacer.

Así que si tu doctor es regañón piensa bien lo que has hecho, pues quizá no es magia lo que necesitas para que él no te trate de esa manera sino simplemente es la urgencia de que sigas al pie de la letra sus indicaciones.

Eso sí, si te falta al respeto, reportarlo, pues tú vales mucho y eso, en el hospital, la clínica, la casa y la oficina lo sabemos.