Viernes de limpieza en casa y la ayuda de la Regina para lograrlo. Espectacular en sus formas y breve en su vestimenta, va por la calle arrebatando suspiros. Al observarla uno concluye que la suerte del hombre es igual a la de la sombra: cuando persigues a una mujer por detrás, te huye… y cuando huyes de ella, te persigue. 

La razón por la que las mujeres, afortunadamente, nunca serán iguales al hombre es porque nunca las veremos caminando por la calle calvas, con una panza cervecera y, aun así, sentirse atractivas.

“Hola, Don. Veo que su esposa está muy contenta”. “Así es, Regina. Fue su cumpleaños y me pidió que la llevara a un lugar caro”. “Qué bueno, Don. ¿A dónde la llevó?”. 

“Fuimos a la gasolinera que está en la salida a Progreso. Ya veré después cómo la pago”. “Sí, está dura la crisis, Don. Ayer pasó el comisario por la casa y nos pidió una pequeña donación para la alberca pública que abrirán en Verano. Imagínese, le donamos un vaso de agua. Todo es culpa de Trump, Don”. 

“Deberíamos dejar de preocuparnos por él. Tenemos todo lo que un país necesita para salir adelante. Con dejar de pelear entre nosotros y dedicarnos a trabajar lo lograríamos. Es una buena oportunidad para que las personas dedicadas a la política, o por lo menos alguna de ellas, se pongan a trabajar por México como proyecto, y no para usar al país con la finalidad de mantener el poder y sacar provecho personal de él”. 

“Pues sí, Don. Los políticos mexicanos son como una pareja que se está divorciando. Se preocupan más por asegurarse de que los hijos odien al otro, en lugar de ocuparse de su bienestar y crecimiento”. 

“Pues sí”.