Relevo de mandos

En el PRI es indiscutible que la candidatura de Manlio Fabio Beltrones no puede tener contrincantes, aun sin considerar que está palomeado por Enrique Peña.

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Sobre la pertinencia de modificar la estrategia de los partidos políticos a mitad del camino sexenal, para estar en condiciones de afrontar exitosamente las votaciones de cara al cambio de  gobierno en varios estados, y así preparar el sendero para reposicionarse con miras a las no tan remotas elecciones presidenciales, da cuenta la sincronía de los tres principales institutos políticos al renovar su dirigencia nacional.

Por razones diversas, estatutarias (PRI y PAN) o simplemente de coyuntura política (PRD) buscan en el reemplazo de los liderazgos centrales ponerse en las mejores condiciones para  conservar, recuperar o ampliar las preferencias de los ciudadanos. 

Como en el PRD que destaca sorprendentemente por la madurez de su comité central, pues, sin que hubiera obligación legal, ya que su período no había vencido, puso a disposición de su asamblea la posibilidad de renovarse de manera completa que, todo indica, será aceptada y así desbrozar el camino a favor de una política de alianzas amplias entre las organizaciones de izquierda, sobre todo con AMLO y su franquicia Morena que, pasada su primera prueba en solitario, ya no está legalmente impedido de coaligarse. De esta manera y como corresponde a la organización más madura, el PRD da el primer paso para dirimir la fractura de las izquierdas, lo que no siempre resulta una tarea viable. Los liderazgos no suenan, pues para ellos lo más importante son las negociaciones internas y la distribución del pastel.

En el PAN, por el contrario, todo parece obedecer a un plan perfectamente diseñado, ejecutado deliberadamente y llevado al cabo por quien sí tuvo la posibilidad de planificar, Madero, que habiéndole ganado la partida a Calderón, supo impulsar la imagen de Anaya que, a pesar de que se destaca como el perfecto conservador: juventud, formalidad y preparación, adolece de luz propia; aunque sobresale como un buen operador y se muestra convencido de su misión de hacer presidenciable a Madero y dirigir su campaña. Corral, sin grupo y sin alianzas, alejado de Madero y abandonado por Calderón, está destinado a tener una campaña testimonial.

En el PRI es indiscutible que la candidatura de Manlio Fabio Beltrones no puede tener contrincantes, aun sin considerar que está palomeado por Enrique Peña, por su impecable desempeño en la Cámara de Diputados y dadas sus dotes para el cabildeo y el acuerdo, así como su experiencia en las lides parlamentarias. Sin embargo, esta posición puede sacarlo de la próxima candidatura presidencial, que puede ser su última oportunidad. Es amigo de Yucatán.

Puestos los tres frente a frente, en un debate por ejemplo, me parece que Manlio Fabio lleva las de ganar. Para las presidenciales hay en la mesa dos cartas abiertas y una cerrada, Madero por el PAN y AMLO por el PRD-Morena, sólo la del PRI resulta hasta hoy una incógnita.

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