A remojar barbas
Oremos y elevemos la voz, rogando que los líderes que tienen el poder recuerden el inicio de sus 'carreras' llenas de nobles propósitos, de justicia y libertad.
Hombres y mujeres que ejercen el poder político, empresarial, sindical, religioso, étnico, etc., etc.: recibo cadenas que piden no votar, elevar la voz en contra de la inequidad en el manejo de los recursos, contra la injusticia de los diputados y senadores por sus pensiones y por aumentos que se asignan en salarios y demás prestaciones políticos en “activo” y jubilados, y sólo una de estas cadenas merece ser tomada en cuenta por esta clase mediera y mediocre que somos el grueso de la población en el país.
Una que pide que oremos y elevemos la voz, rogando que los líderes que tienen el poder recuerden el inicio de sus “carreras” llenas de nobles propósitos, de justicia y libertad, con que nos engañaron y se engañaron ellos también sin una real mala intención, y que en corto tiempo quedaron olvidados, con la esperanza de que validen sus promesas y merezcan la confianza que depositamos en ellos cuando apoyamos sus apasionados anhelos de “trabajar para el pueblo”, y efectúen un viraje en su conducta, reorienten el rumbo del país hacia la paz social, canalizando los recursos a la población que los necesita, no hacia ellos y sus protegidos solamente.
No les pido que sean honestos, porque hay cosas que ya se traen en la sangre como norma de conducta, pero por lo menos un 50% y el cambio será notorio.
Habrá más empleos y mejor pagados, pensiones equivalentes a dos salarios (como mínimo), salud y educación de calidad gratuitos.
En fin, recordar sus promesas y, sobre todo, comprender que son ellos y sólo ellos quienes pueden generar el cambio que evite la catástrofe, a la cual se dirige el país.
Motiven a su descendencia consanguínea o político-partidista a orquestarlo y de paso rescatar un poco sus enlodados apellidos, cosa que ustedes fingen ignorar o realmente no les importa.