Reni y el Carnaval

Aunque a muchos les pese, el derrotero de Montejo ya quedó obsoleto para un carnaval mediocre.

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Parecerá ocioso, pero no lo es, discutir o analizar un tema como lo es el cambio de derrotero del Carnaval de Mérida, el cual, sólo en la mente extraviada del entonces alcalde, César Bojórquez Zapata, fue considerado a la altura del mundialmente famoso brasileño con todo y su Sambódromo. ¡Vaya imaginación!

Ahora es el momento para discutir y, en su caso, aprobar, que el carnavalito meridano que cada año trae menos carros alegóricos y mucha más venta de cerveza, aparte de los tradicionales grupos musicales y dos que tres artistas de supuesto renombre que hacen el “favor” de divertir al público yucateco, que a determinadas horas pico ya no sabe ni cómo se llama de tan embriagado que está, se vaya lejos del Paseo de Montejo y se instale en otra parte de la ciudad.

Si bien la administración del alcalde panuchón, Renán Barrera Concha, con sus tintes de “chiquillada fresa”, ha solucionado en gran parte los desastres que dejó la frustrante gestión de “Angie” Araujo y el gris, pero bien aprovechado interinato de Omar Lara Pacheco, como los baches, la basura y las luminarias públicas, el movimiento del carnaval puede representar una buena partida de voluntades ciudadanas a su favor, pero también una gran tajada de recordatorios familiares y potenciales votos en contra si el festivalito, sin ton ni son, se mantiene en su trayectoria original desde el Monumento a la Patria y hasta el parque de San Juan.

La verdad, aunque a muchos les pese, es que el derrotero de Montejo ya quedó obsoleto para un carnaval mediocre, vendido sólo a los figurines que se creen los guapos y guapas de todo Mérida y, sobre todo, a las poderosas firmas cerveceras que inundan de cebada fermentada las calles, para dar paso a deplorables espectáculos de parejas borrachas y agresiones entre pandilleritos, con mucho alcohol en sus pobres “chetos”, que no cerebros.

Lo ideal es que el carnaval, en su edición 2014, sea trasladado, por ejemplo, a las instalaciones de X’matkuil, que son bastante amplias y la mayor parte del tiempo están sin utilizar. Sólo en noviembre y una parte de diciembre se ven repletas con una edición más de la Feria Yucatán, cara, obsoleta y con las mismas atracciones de siempre. Y qué decir de los artistas. Nada de calidad.

PRIMERA CAIDA.- “Reni” Barrera puede dejar su versión fresona de chambear y adentrarse en la reubicación del carnaval de Mérida. De entrada, al Paseo de Montejo le vendrá de mil maravillas. Y más con la reconstrucción de sus vías. Ya es momento de dejar descansar esa avenida turística que, en los últimos 20 años (mínimo), es más changarrera que nada.

SEGUNDA CAIDA.- Son más los empresarios que quieren el cambio de derrotero que los que perjuran está a toda “máuser” en Montejo. De entrada, ellos son los que pierden dinero. No pueden competir con los precios de la cerveza y menos de los antojitos y chucherías que allí se expenden y consumen.

TERCERA CAIDA.- Es tu momento, “Reni”. ¿O vas a hacerles caso a los rijosos regidores acarreados del PRI?

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