¿Respiramos un aire limpio?

Todo esto me hace ver la importancia de contar en nuestra Mérida con una red de monitoreo de la calidad del aire.

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El hablar la semana pasada de los resultados de la investigación “Contaminación Ambiental como Factor Cancerígeno”, me hizo recordar mi experiencia hace ya treinta años cuando fui gerente del proyecto de diseño, suministro, instalación y puesta en operación de la red de monitoreo de la calidad del aire de la Ciudad de México, integrada por 25 estaciones automatizadas, 10 de ellas con estaciones meteorológicas completas, incluyendo el desarrollo, conjuntamente con la UCLA, del algoritmo de cálculo del Índice de la Calidad del Aire; en este proyecto, durante la instalación y calibración de tres de las estaciones tuvimos serios problemas al no poder calibrar correctamente los monitores, por lo que solicitamos apoyo del fabricante que preguntó en dónde estaban instaladas, pues los sensores de análisis de los equipos estaban contaminados con mercurio y otros metales, lo que fue comunicado a las autoridades responsables que nada hicieron al respecto.

Durante la etapa de instalación, la Embajada de EU nos pidió le diéramos las características de nuestras estaciones e instalaron una igual en sus oficinas de Paseo de la Reforma; cuando comenzamos a operar de manera continua todo el sistema los índices de calidad eran realmente preocupantes, lo que también reflejaban las mediciones de la Embajada; el acuerdo contractual era que a los tres meses de operación todos los días se publicaría el índice de calidad, pero entonces la información quedó en manos de la SEDUE y el primer día que se publicó grande fue nuestra sorpresa al ver maquillados los índices; la agregada científica de la Embajada nos llamó preocupada y le informamos que la información ya era manejada por la Secretaría; sin embargo, ella llamó para saber qué pasaba y le dijeron que no se podía hacer pública la información real ya que la gente se asustaría y tendría un efecto negativo en el turismo, lo que motivó un amplio programa de protección a sus empleados.

Todo esto me hace ver la importancia de contar en nuestra Mérida con una red de monitoreo de la calidad del aire y no esperar escenarios críticos para tomar cartas en el asunto; debemos monitorear el aire que respiramos para poder predecir y evitar situaciones críticas.

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