Respuestas: reposo y amor

Es difícil pedir a las madres de familia que tengan paciencia y amor, pero creo que la forma en que asumimos las cosas influye en los momentos que pasamos.

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La reciente plaga de chikungunya y dengue se ha vuelto tema obligado en las redes y los medios. Parece que estamos en la novela de Saramago “Ensayos sobre la ceguera”, donde poco a poco todos son contagiados y, ante el silencio de las autoridades, los ciudadanos sacan lo peor de sí mismos. Una gran novela de Saramago. Recientemente vi “El final de los sentidos”, una película que va sobre lo mismo; nadie sabe cómo se contagian, pero todos van perdiendo uno a uno los sentidos hasta quedar ciegos. La desesperación consume a los personajes, sólo el amor viene a calmar un poco la angustia.

En nuestro estado sabemos que el virus se contagia por la picadura de un mosquito. Leo -si es verdad es lamentable y si no lo es también- que el secretario de Salud hizo una desafortunada declaración: “Se dejan llevar por la moda del chikungunya y creen que están enfermos”.

La nota corrió por las redes -tan rápido como el virus- e indignó a los yucatecos. Las multitudes en los hospitales y lentitud en la atención hacen que la gente se exaspere y llegue a los golpes, como sucedió en la Clínica No. 58 del IMSS, donde al parecer la enfermera respondió de manera grosera y prepotente a dos señoras que pedían atención para sus niños y éstas la golpearon. 

Es evidente que los ciudadanos merecen un trato rápido y eficiente, pero creo que también merecen respuestas amables, que les ayuden a superar de la mejor manera el problema de salud que atraviesa el Estado, porque si todas las respuestas son como la del secretario de Salud o la de la enfermera de la 58, vamos a empezar a agarrarnos a golpes todos contra todos en una histeria colectiva. 

En casa hemos tenido tres casos de chikungunya, llevamos a los enfermos al doctor, fueron diagnosticados, cuidamos su reposo y les dimos mucho amor. Eso ayudó en su recuperación. Es difícil pedir a las madres de familia que tengan paciencia y amor, pero creo que la forma en que asumimos las cosas influye en los momentos que pasamos.

Sugiero a las autoridades que tengan prontas y buenas respuestas para los ciudadanos, eso ayuda. La angustia de no saber y la poca sensibilidad en el servicio de salud generan crisis innecesaria. Yo, por lo pronto, vivo pegada al repelente como adolescente al celular.

¿Quién nos iba a decir que las pulseras antimosquitos y el repelente se iban a volver artículos indispensables en la canasta básica de Yucatán? El amor también es una medicina para la vida, tan importante hoy  como el mentado repelente.

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