En torno a la seguridad vial, es preciso entender que lo importante no es tener un buen reglamento, sino tener un permanente proceso educativo de toda la sociedad, encaminado al conocimiento y asimilación de hábitos y prácticas que tengan como objetivo la protección y cuidado de todos en la vía pública. 

Los procesos de educación vial cuentan con un vasto acervo teórico y práctico, los cuales se han desarrollado a partir de todos los eventos, accidentes y siniestros que han ocurrido y ocurren a diario en la vía pública. 

Todo este marco de referencia debe ser tomado en cuenta en la construcción de las herramientas que permitan acceder y consolidar la convivencia adecuada de todo tipo de vehículos en el espacio vial, de las formas de actuación ante la ocurrencia de fenómenos específicos y el indispensable respeto a la seguridad y bienestar de los transeúntes. 

La meta de la educación vial no debe ser organizar y ordenar el tránsito de todo tipo de vehículos, sino establecer y divulgar de manera permanente las formas de acción y reacción de todos los conductores, con el propósito de reducir las lesiones y muertes a causa de accidentes, con el objetivo de asegurar el bienestar de toda la población. 

En este contexto, hay que aprender de los elementos de la educación vial desarrollados y aplicados en otros países, adecuándolos a las condiciones de nuestra ciudad.

La educación vial no es sólo conocer la reglamentación, sino inculcar a toda la población conocimientos teóricos y prácticos, por ejemplo la forma de reaccionar y actuar ante las diferentes situaciones, así como las reglas que se deben cumplir, como el uso del cinturón de seguridad, el respeto a los límites de velocidad, la no utilización de teléfonos celulares, el respeto a la señalética y, muy importante, el respeto al peatón. 

La educación vial debe contar con procesos que permitan su mejora continua, incorporando progresivamente mayor información resultante de la permanente evaluación del comportamiento de la sociedad. 

Pero tal vez lo más importante es hacer obligatoria la enseñanza de todos los conductores en escuelas de manejo certificadas, como condición indispensable para poder tener una licencia de manejo.