Revolucionario

Muchos estudiantes muy poco o nada saben del 20 de noviembre, que es una fecha que da sustento al actual sistema político que nos gobierna.

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Hay fechas oficiales que a fuerza de repetir su conmemoración van haciéndose una tradición, pero que sólo importan por el día de asueto que representan, aunque no se tenga un cabal conocimiento de lo que significan, pues pareciera que la historia poco importa a los reformadores y contrarreformadores de la educación. Muchos estudiantes muy poco o nada saben del 20 de noviembre, que es una fecha que da sustento al actual sistema político que nos gobierna.

Nombres como Francisco I. Madero,  Emiliano Zapata, Venustiano Carranza, Francisco Villa, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles sólo pudieron estar juntos en el Museo de la Revolución o sus efigies en el desfile del 20 de noviembre, que conmemora el inicio de la Revolución Mexicana, porque  las batallas cruentas y fratricidas  que produjo este conflicto  se libraron justamente entre estos caudillos  para hacer valer sus ideas o tan sólo sus apetitos de poder.

El 20 de noviembre de 1910 es la fecha en la que inicia Francisco I. Madero la lucha contra el viejo tirano Porfirio Díaz, después de 30 años en el poder; su derrocamiento fue rápido -6 meses y 5 días-, ya que tenía a muchos en su contra, no sólo a un pueblo apaciguado por la “paz del cementerio”, sino también a una clase  política motivada por la decadencia del anciano presidente y sobre todo los intereses norteamericanos afectados por don Porfirio para favorecer a los europeos, lo que hizo que nuestros vecinos del norte fueran los principales patrocinadores de este convulsivo periodo.

A  tres semanas de que don Francisco I. Madero asume la presidencia, se levanta en armas E. Zapata, por no considerarse prioritaria la reforma agraria, posteriormente don Pancho es asesinado por el jefe de sus fuerzas armadas: Victoriano Huerta, designado por él  mismo, siguiendo más los consejos espirituales que los terrenales; Huerta asume la presidencia y es depuesto por V. Carranza, Huerta muere después por la cirrosis producida por su afición al alcohol, Carranza orquesta el asesinato de Zapata que continuaba levantado en armas en Morelos; Carranza es asesinado en Tlaxcaltongo por Obregón al no apoyarlo para sustituirlo en la presidencia, el mismo Obregón da el visto bueno para el asesinato de Villa después de su famosa entrevista a Regino P. Llergo en la que apoyaba a Adolfo de la Huerta, posteriormente Obregón muere asesinado por muchas más balas de las que salieron de la pistola de León Toral, al querer reelegirse, involucrándose a don Plutarco en este asesinato, quien  después de su maximato es expulsado de México por el presidente Cárdenas.

Estos hechos nada patrióticos que la historia oficial ha maquillado justifican plenamente el cinismo que encierra la frase “me hizo justicia la Revolución” de algunos políticos, pero para al resto de los mexicanos, ¿hasta cuándo?

P.D.: Para Doña Alicia que  ha sobrevivido 98 años  bajo este régimen revolucionario.

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