La secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, y los jefes delegacionales de Tlalpan, Gustavo A. Madero, Álvaro Obregón e Iztapalapa dejaron claro que en la aplicación de la Cruzada Nacional contra el Hambre en esas demarcaciones se transparentarán los recursos para garantizar que no se apliquen con fines electorales.

Y para evitar suspicacias, acordaron la instalación de mesas técnicas en las que participarán instituciones tan insospechables como la UNAM para analizar, dijeron, la adecuada construcción de los programas sociales.

En principio, la cruzada en el DF beneficiará a 100 mil personas de las más pobres entre las pobres de la capital.
Sería bueno que los jefes delegacionales informaran hoy mismo, y ya va siendo tarde, cuántas mesas técnicas y con la participación de qué instituciones confiables han instalado por su cuenta para la aplicación de sus programas locales anteriores.

¿Alguna de la talla ética de la UNAM (o el Poli) les habrá sugerido lo que sucede en esas delegaciones desde hace 13 años: humillante reparto de apoyos como bolos de bautizo a cambio de votos?