Hoy comenzamos la segunda temporada de “Diez para la Vejez”. La bautizaremos: “Charlando con los abuelos”. 
Y, precisamente, platicando con algunas abuelas y algunos abuelos, uno de ellos me preguntó que si la espiritualidad y la vida interior se heredan o se aprenden. 

En cuanto a la espiritualidad, le contesté: en lugar de decir que se hereda, lo propio sería decir que “somos espirituales” -por naturaleza-, desde el seno materno. Y en cuanto a la vida interior, digamos que -desde pequeños- es muy saludable aprender a “cultivarla”. 

La espiritualidad y la vida interior –le comenté- son fuentes inagotables de “salud mental”, la cual expresamos y medimos a través de nuestro equilibrio emocional.

A lo largo de nuestra vida, y en especial cuando envejecemos, debemos priorizar la atención y cuidado de este aspecto de nuestra salud. Podemos decir que la “salud mental” es un rasgo importante de nuestra salud espiritual e, incluso, física.

Jovencitos, con la intención de describir qué es la “salud mental”, la próxima les invito a realizar una sencilla y rápida prueba que nos será útil, por una parte, para entender mejor su significado y, por la otra, para medir la calidad de nuestra “salud mental”. No te la pierdas.