Los leoninos contratos firmados con las empresas “Intransiso” y “Avances Lumínicos” para el manejo de la basura y el cambio de las luminarias públicas por lámparas LED se han convertido en la pesadilla del alcalde Eduardo Espinosa Abuxapqui y su Cabildo, uno por el problema enorme del basurero municipal, y el otro por la pesada deuda que representa para el erario.

En los últimos días el Ayuntamiento se ha enfrascado en un duelo con la empresa encargada del manejo del relleno sanitario y de los desechos de la capital, “Intransiso”, la cual tiene una concesión firmada en el trienio de Andrés Ruiz Morcillo por un periodo de 30 años.

El pleito se desató desde el periodo de Carlos Mario Villanueva, cuando se detectó que la empresa no estaba cumpliendo con su labor debido a un problema con el terreno del basurero, el cual el ex alcalde Ruiz Morcillo comprometió a pesar de que no era propiedad del municipio, sino del ejido Calderitas.

Como el ejido se negó a participar en una oscura operación para donar el terreno al municipio, Intransiso no pudo cumplir con el convenio y Carlos Mario intentó tumbarles la concesión con un procedimiento legal incorrecto, de manera que la empresa se amparó y ganó la partida.

Y aunque la administración de Abuxapqui no ha soltado un solo peso a Intransiso, el problema de fondo es que el basurero municipal ya está a reventar y no se pueden dar el lujo de esperar; a su vez, la empresa pide una millonada para dejar la concesión a pesar de que no ha realizado uno solo de los trabajos a los que se comprometió.

Dada la urgencia de resolver el problema de la basura, el alcalde y los regidores están enfocados en el lío con Intransiso, pero también tienen un gran pendiente con otra empresa que dejó como herencia el mismo Andrés Ruiz Morcillo: Avances Lumínicos, que representa el contrato más asfixiante para el municipio capitalino.

Según el contrato, la empresa se encargaría de la instalación y mantenimiento de las lámparas LED por 15 años, a cambio de un pago mensual de alrededor de 3 millones 646 mil 300 pesos, cantidad que se ajustará cada año por la inflación.

El costo final supera los mil millones de pesos, pero lo que más preocupa es que la empresa también ha incumplido, ya que faltan por instalar más de mil 500 lámparas y muchas de las que estaban en uso ya no sirven por falta de mantenimiento.

Se pretendía con el cambio de luminarias ahorrar unos tres millones pesos mensuales en energía eléctrica, lo que tampoco sucedió porque el Ayuntamiento sigue desembolsando la misma cantidad por este concepto.

Son dos sanguijuelas que pretenden sangrar los recursos públicos, y hasta hoy el Ayuntamiento no ha podido quitárselas de encima.