Se va el 2016

Se acerca el fin de año y, con ello, el ineludible bombardeo de recuentos, listas y revisiones.

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Se acerca el fin de año y, con ello, el ineludible bombardeo de recuentos, listas y revisiones. En épocas decembrinas es inevitable no observar en retrospectiva lo que nos hemos propuesto durante el año y, sobre todo, lo que hemos o no logrado. Metas profesionales, académicas o personales son las que determinan nuestro andar y progreso cada año; y aunque no hagamos la tan trillada “lista de propósitos de año nuevo”, siempre hay dentro de nuestra mente una serie de objetivos que queremos cumplir. 

Para muchos de nosotros no importa cuántas veces se nos diga que el tiempo pasa de manera rápida. Eso es algo que, por diferentes motivos o razones, escuchamos cotidianamente los que tenemos el privilegio de alcanzar los años maduros, especialmente cuando vemos a niños crecer enfrente de nosotros. Estamos en la recta final del 2016 y no quería dejar pasar por alto algunas cosas. Diciembre, además de ser el momento para fiestas y despedidas, es ideal para realizar balances y análisis de lo acontecido a lo largo de los 11 meses anteriores y también para esbozar proyecciones de qué nos puede deparar el futuro.

Un año más está por finalizar, hemos alcanzado logros e ideas palpables, pero también con él se van muchas de las expectativas no cumplidas. “Este año nuevo va a ser diferente”, “Ahora sí me voy a ocupar más de mí”, son las frases más escuchadas cada fin o inicio de año, que muchas veces quedan sólo como expresión de deseos por el ritmo de vida agitado y de estrés con que se vive. Lo que yo veo hacia la recta final de año y de de los primeros meses de la alternancia en el gobierno es un Quintana Roo dolido por las malas acciones de su gobierno anterior pero también consciente de las promesas incumplidas del aun recién desempacado gobierno del cambio. 

Lo que se palpa en muchos lugares del estado son las energías y la esperanza de un cambio; solo resta darle forma colectiva al sueño de un estado progresista, plural e incluyente, pero sobre todo generoso con sus personas y sus familias. Hoy en nuestro país, llegamos a un fin de año con noticias que ya no son novedad. Una vez más, la oposición política al gobierno nacional, las corporaciones mediáticas y jueces adictos a los poderes fácticos lanzan operaciones que intentan componer un escenario de indignación generalizada montado sobre mentiras y difamaciones al por mayor. 

Si bien es cierto que el año que está por terminar ha sido un periodo difícil, lo cual ha influido en un sentimiento de apatía que sin querer parece se está transmitiendo en forma general en la población. La falta de estímulo, las preocupaciones del día a día que cada vez se nos hace más difícil resolver por diversos motivos, la situación política del país, la inseguridad a la que nos vemos expuesto en cada momento, son algunos de los factores que inciden en nuestra actitud ante la vida y ante nuestro deber a cumplir, sea cual fuese este.

Es época propicia para reconciliarnos con nosotros mismos y con las personas que nos rodean, aceptemos a cada quien como es y resaltemos todas las cosas positivas que tienen y minimicemos aquello que nosotros creemos son sus defectos, posiblemente los nuestros son mayores y sin embargo nos queremos intensamente. Que en el venidero año 2017 nuestra mirada se enfoque en las nuevas oportunidades que Dios nos da cada día. Gracias a los directivos de esta gran empresa SIPSE por la oportunidad de ser participe un año más de este contexto editorial, a mi jefe pero sobre todo mi amigo, Marco Lozano Ocman, por la confianza depositada en mi así como también al coordinador de columnistas, mi amigo Javier Chávez Ataxca, por considerarme dentro de este grupo selecto de amantes de la pluma.

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