Los secuestros

El “rapto” de Alan Pulido fue muy sospechoso o, bien, con alta dosis de estupidez e ingenuidad que, no son las características de los delincuentes.

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Hay de secuestros a secuestros. El más reciente, el del futbolista Alan Pulido, el chico rebelde que se fue a jugar al extranjero desafiando a la directiva de los poderosos Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León, dirigidos por el infumable Ricardo “Tuca” Ferretti, y el más añejo que ejecuta el todavía influyente Frente Unico de Trabajadores del Volante (FUTV) en territorio yucateco y anexas.

Vamos por partes. Alan Pulido, el chamaco de 25 años de edad con peladita de “príncipe valiente de los maizales”, fue a pasar sus vacaciones a su tierra natal, Tamaulipas, y junto con su novia, al salir de una pachanga nocturna, fue abordado por dos sujetos y raptado. A su compañera sentimental ni la tocaron los malandros. El objetivo era el actual jugador de Olimpiakos de Grecia y por el cual, después de tanto rollo, sólo iban a pedir un rescate de 6 millones de varos (menos de 300 mil dólares).

Pues que lo “levantan” y lo trasladan a una dizque casa de seguridad. Al parecer nadie sometió a la víctima, ni lo ataron, ni amordazaron y menos le vendaron los ojos. O sea, a todas luces vio el afectado por dónde lo llevaban sus supuestos captores.

Un “rapto” muy sospechoso o, bien, con alta dosis de estupidez e ingenuidad que, por lo general, no son las características de los delincuentes y bandas de narcotraficantes que operan en esa bella pero afligida entidad.

Siendo mal pensado, el plagio de Pulido habría sido perpetrado por una banda de idiotas o por una cuestión de imagen política porque el domingo próximo habrá elecciones para gobernador en 12 entidades del país, entre éstas, Tamaulipas.

Posteriormente, se dio a conocer que Alan quedó solito con un pillastre, lo enfrentó, se dieron de patadas, lo desarmó, le quitó su celular y pidió ayuda a las autoridades; éstas llegaron y se acabó la pesadilla. Resulta que el detenido es esposo o novio de una de las primas del futbolista. ¡Alabado!

Ahora, el secuestro más antiguo, desde hace varias décadas, lo ejecuta el gremio de taxistas del FUTV en Yucatán.

Propiamente el rapto es en el servicio y en los bolsillos de los ciudadanos. Ahora, con la competencia de servicios de transporte de alquiler mediante aplicaciones tecnológicas en celulares y tabletas, los chafiretes que lidera “Billy Bond” Fernández se pusieron rijosos y la emprendieron a golpes contra dos operadores de Uber. El argumento del FUTV es que la competencia no está legalizada y les vuelan clientes en detrimento de miles de familias ligadas al gremio sindical tricolor.

PRIMERA CAIDA.- El secuestro de Alan dejó algo evidente: las autoridades gubernamentales de Tamaulipas movieron cielo, mar y tierra por el futbolista; muy bien. ¿Y por qué no lo hicieron con los casi mil raptos de empresarios y civiles comunes y corrientes?

SEGUNDA CAIDA.- O sea, fue evidente que prevaleció en Tamaulipas el show mediático por cuestiones electorales.

TERCERA CAIDA.- En Yucatán, ¿cuándo acabará el secuestro del FUTV a los usuarios?

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