Segunda del PRI
El encargo que ahora le confieren “democráticamente” a Ivonne Ortega las bases del PRI no es asunto de segunda categoría
Pues bien, la ex gobernadora Ivonne Ortega Pacheco recibió su “premio de consolación”: la Secretaría General del PRI. Al final, no es un mal cargo porque, supuestamente, ella se encargará de operar en cada uno de los estados de la República Mexicana el proceso partidista electoral y político, sobre todo con miras al año 2015 cuando son las elecciones intermedias federales y estatales para diputaciones de ambos ámbitos y, sobre todo, algunas gubernaturas en juego.
Si bien es cierto que a la nativa de Dzemul le han llovido críticas de diversos sectores sociales de Yucatán, principalmente empresariales, por su peculiar modo de ejercer el poder, siempre rodeada de “asesores” y de artistas nacionales que juraron y perjuraron ser sus “grandes amigos” –sin contar los costosos regalos que les entregaba y las espléndidas comidas y cenas con las que los agasajaba-, también es cierto que Ivonne Ortega tiene carisma y dotes naturales para el populismo que no popularidad.
Es por ello que el encargo que ahora le confieren “democráticamente” las bases del PRI no es asunto de segunda categoría, es sólo la justa dimensión de lo que puede conseguir, o al menos, intentar alcanzar.
Pero no la tendrá sencillo. De entrada, su “jefe” –aunque ella se empeñe en asegurar que es su propia patrona- es César Camacho Quiroz, uno de los dorados del presidente Enrique Peña Nieto, mexiquense de nacimiento y político con todas las hechuras del famoso grupo “Atlacomulco” que, hoy por hoy, es la cofradía que mueve el pandero en gran parte de la vida política nacional. De entrada, echen un ojo al gabinete de Peña Nieto: más de la mitad de sus integrantes son hijos pródigos del Estado de México. O sea…
Lo interesante de este asunto es que, por la naturaleza rebelde de Ivonne y porque cree merecer más de lo que ahora se le obsequia, no es nada descabellado imaginar que más pronto que tarde empezarán a surgir diferencias entre Camacho Quiroz y la yucateca. Por el momento, todo tranquilidad, unidad y armonía, pero conforme pasen los meses algo habrá de surgir y no necesariamente bueno para las huestes del PRI.
PRIMERA CAIDA.- Pero ya montada en la segunda silla priista del poder, Ivonne Ortega tiene mucho por hacer. De entrada, mover a sus amigos, los artistas, para que la acompañen a las lides electoreras. Bailongos, escenas dramáticas, besos, abrazos y apapachos son el mero mole de la ex mandataria yucateca. Y de lo que sabe interpretar muy bien, que ni qué. Cinco años y dos meses en la entidad lo confirman.
SEGUNDA CAIDA.- Y como lo hizo durante su estadía en el Poder Ejecutivo de Yucatán, ahora lo seguirá haciendo: viajar y viajar. En definitiva, si hubiera un mini-puesto de Turismo en el interior del país, sería para ella.
TERCERA CAIDA.- ¿Y podrá con ese cargo? Su capacidad política está en juego. Peña Nieto y el priismo estarán muy atentos.