Seguridad amenazada

En Cancún, entre el martes y miércoles se registraron tres ejecuciones con arma de fuego.

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Los tres principales destinos turísticos de Quintana Roo se convirtieron de nuevo en escenarios de una nueva jornada de violencia que cobró varias vidas, colocando a las corporaciones policiacas en una posición muy incómoda ante la incapacidad de poner freno a este cáncer que extiende sus tentáculos en zonas estratégicas de la entidad.

En Cancún, entre el martes y miércoles se registraron tres ejecuciones con arma de fuego y una balacera que sacudió al destino que aún no recupera por completo la tranquilidad desde el ataque a la sede de la Fiscalía General del Estado, ocurrido el pasado 17 de enero.

Casi al mismo tiempo, Playa del Carmen y Cozumel también dieron nota con dos balaceras que robaron la tranquilidad de los ciudadanos de esas ciudades, consideradas seguras hasta hace poco. Todo esto ocurrió mientras en Chetumal se festejaba el Día del Policía.

Los recientes sucesos violentos preocupan en serio a nuestra sociedad, sobre todo porque tras la masacre del Blue Parrot y el ataque a la Fiscalía, el gobierno estatal ha reforzado la presencia policiaca, gestionando incluso la llegada de más elementos de la Gendarmería, policía de élite del gobierno federal.

Las corporaciones están trabajando en estrecha coordinación y esto se ha percibido en las principales ciudades del estado, desde Chetumal hasta Cancún, en las que ya están en funciones un mayor número de patrullas y se han aumentado los rondines y operativos en zonas clave y colonias populares.

Pero a pesar de esta estrategia encaminada a disuadir los golpes delictivos, principalmente los de alto impacto, las ejecuciones siguen a la alza y las balaceras se están convirtiendo en algo cotidiano en nuestros destinos que viven del y para el turismo, por lo que conservar el orden y la imagen de seguridad es fundamental.

El gobernador Carlos Joaquín González ha reconocido la gravedad del problema y actuado en consecuencia, apretando tuercas dentro de la corporación estatal y brindando al mismo tiempo un importante estímulo salarial a los agentes policiacos, pero es necesario que los mandos de las corporaciones estatal y municipales adopten un papel más proactivo en la lucha contra la delincuencia.

Porque mientras los malosos ganan terreno con toda impunidad, los índices de percepción de inseguridad ciudadana están por las nubes amenazando la productividad de la industria turística, principal motor económico de Quintana Roo.

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