La seguridad vial: ausente

En la vía pública hay que saber compartir, no competir: aprendamos a manejar a la defensiva.

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Hace ya más de un año se insistía en que el porcentaje de accidentes viales se había reducido, pero no en número, ya que debido al acelerado crecimiento del parque vehicular, en una ciudad y su zona metropolitana con enormes carencias viales de todo tipo: ancho de calles, ancho y continuidad de las aceras, señales de tránsito, sentidos de circulación, continuidad, conectividad, conocimiento del reglamento de tránsito y vialidad, el alcoholismo, etc., el número de accidentes, sobre todo mortales, ha ido en continuo aumento.

Al paso que vamos terminaremos el año con más de 100 muertes en accidentes viales y más de 300 vehículos accidentados con las llantas para arriba; no quiero pensar la situación que viviríamos si no estuviéramos utilizando el cinturón de seguridad, aunque mucha gente sigue sin respetar la prohibición de uso del celular cuando se está al volante.

En el caso de Mérida y su zona metropolitana, en donde se concentran más de tres cuartas partes del parque vehicular del Estado, es necesario un conjunto de cambios integrales y continuos en la infraestructura vial, efectuando las acciones que permitan tener como un elemento de amortiguamiento a largo plazo el transporte público de pasajeros, sin dejar de atender nuestra mayor carencia: la educación vial.

Aunque pareciera, en el interior del Estado el problema no es diferente, ya que el número de accidentes mortales es realmente preocupante, especialmente en motocicletas y bicicletas; aquí es realmente importante enfocar la educación vial a la prevención: circular de noche con luz y respetando los carriles.

Quisiera hacer un comparativo que espero no utilicemos: al hacerse pública la información de los índices de la calidad del aire en el Distrito Federal, sistema que tres meses estuvo a mi cargo como representante de ICA/ERT, la información que se dio a la ciudadanía estaba muy lejos de los pésimos índices de calidad y al cuestionar al secretario de Estado a cargo del sistema nos respondió que había que maquillar los resultados para no asustar a la gente; en nuestro caso creo que es necesario asustar a todos quienes usamos la vía pública.

Quiero insistir que en la vía pública hay que saber compartir, no competir: aprendamos a manejar a la defensiva.

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