¿Quién lee teatro? A no ser estudiantes, teatristas o un escaso círculo de lectores dedicados al teatro o con intereses acordes, la gente no compra libros para leer teatro, prefiere verlo. Ahí radica la bondad y el diablo del fenómeno escénico; no basta con su escritura, necesita trascender a los escenarios. No es posible llevar a escena todas las obras que escribimos y  ello limita conocer a fondo la obra completa de los dramaturgos. Con el fin de promover la dramaturgia nacional e internacional, Boris Schoemann organiza la Semana Internacional de Dramaturgia Contemporánea.

Después de la buena respuesta que tuvo en Monterrey, y con la visión de continuar los proyectos que tengan verdadero sentido, CONARTE creó su propia semana de la dramaturgia.

Con autores de México, Uruguay y Cuba, se realiza la Semana de la dramaturgia Monterrey 2013. Con variada programación de lecturas dramatizadas –y dos mesas redondas en las que  estudiantes de teatro podían conocer las experiencias de los teatristas– esta actividad permite al público conocer a diferentes autores del panorama local, nacional e internacional.

La dirección artística, compuesta por  Elvira Popova, Javier Serna, Fernando de Ita y  César Tapia, arma la programación y por fortuna suele programar el talento local emergente. En esta ocasión los autores invitados son Edgar Chías, LEGOM, Daniel Serrano, Abel González, Iván Solarich, Celeste Espinosa, Sara Toledo, Carlos Portillo, Rashid Marcos, Alejandro Ricaño, Antonio Zúñiga y yo.

Agradezco a CONARTE la invitación a leer mi obra “Memorias de dos hijos caracol”, texto coescrito con Antonio Zúñiga y dirigido a las niñas y los niños que habla no sólo de la identidad regional, sino también de la identidad sexual que empieza a manifestarse en la primera infancia. La Semana de la Dramaturgia está sentando bases y nos permite ver cómo el talento regio se ha adueñado del proyecto, pues actores, dramaturgos, directores y autoridades están involucrados. Es notorio el buen nivel en las jornadas y en todos los sentidos: las lecturas están repletas de público y los intercambios posteriores extienden las sesiones a muy buen rumbo.

Los directores consiguieron armar propuestas estéticas minimalistas que permiten visualizar las puestas en escena conservando la sustancia original de cada texto. Importante esfuerzo de CONARTE, un éxito por donde se mire.

Ejemplo de visión y oferta teatral, una manera brillante de promover la dramaturgia mexicana de Norte a Sur; esperemos que muy pronto podamos  ver este mismo fenómeno de Sur a Norte.