¿Es la juventud un divino tesoro? Este año, a propósito del Día Mundial de la Población, que se celebra durante julio, el mensaje de la Organización de las Naciones Unidas para el mundo fue invertir en la juventud, tema muy interesante y me ha tenido pensando en la forma en que se deben estructurar los programas sociales hoy en día, indicados para los jóvenes, ya que según datos del organismo, en 2014 se ha registrado la generación de jóvenes más grande de la historia con mil 800 millones, por lo que es necesario replantear necesidades y enfocar los esfuerzos para potencializar a este sector que representa un reto importante para todas las naciones, sin excepciones.

De acuerdo con la ONU, el crecimiento acelerado de los habitantes en el mundo supone nuevos desafíos y oportunidades que determinan el empoderamiento de los jóvenes. Hoy las principales temáticas preocupantes entre la juventud de este destino maravilloso que es un paraíso para los jóvenes es que encuentren con las oportunidades para desarrollarse, alejados de las adicciones y el vandalismo. Muchos llegamos a este Estado con sueños y poco a poco vamos forjándolos. 

Pero hay también los contrastes que no son tan positivos y que requieren de adentrarse a nuevas políticas que beneficien a este sector. 

Actualmente Quintana Roo, desde el 2009, mantiene el primer lugar a nivel nacional en el índice de embarazo en adolescentes, al registrar una tasa anual de 10 por cada mil habitantes. ¿A dónde se deben encaminar los esfuerzos de la sociedad y autoridades?

En la ciudad se debe trabajar con los jóvenes; aunque algunos partidos y asociaciones ya lo hacen, aún hace falta mucho por enfocarse en la prevención de enfermedades y principales problemáticas a las que se enfrentan en este polo turístico. Tal es el caso de  Servicio Educación Sexualidad y Salud, con una gran labor de crear conciencia sobre las enfermedades que se producen vía transmisión sexual. 

Se deberían también conjuntar a las universidades para hacer un consejo universitario que lleve acciones positivas a la comunidad, es decir, representantes de cada universidad pueden formar grupos que lleguen a las regiones con ferias de salud, educación y convivencia. 

Por lo menos mensualmente se deberían hacer festivales musicales, bazares en sitios como Malecón Tajamar o Parque de las Palapas, que atraerían a los jóvenes a exhibir sus creaciones, pues hay muchos que crean espectaculares piezas de arte de diferentes tipos. 

Sin duda, hay mucho que aportar a la comunidad, mucho por esperar y actuar con la autoridad, así como mucho por descifrar de los jóvenes. Lo que no debemos dejar a un lado es que todos podemos en conjunto formar una generación de jóvenes mas críticos y lo mas importante, asumir las responsabilidades de vivir en una sociedad.