Cuando  hablamos  de energía, nos podemos adentrar en ramas interminables del conocimiento, poco o nada exploradas, como en el caso de las consecuencias energéticas de tener sexo.

Me enviaron un texto que dice: 

Si empezamos por la palabra sexo, que viene de sex-seis, la unión de dos veces tres, que son los cuerpos físico, emocional y espiritual, de una persona con los cuerpos físico, emocional y espiritual de otra, siempre y cuando haya penetración entre la pareja, encontramos que el AURA de las personas se une formando un solo globo, una sola AURA, mientras realizan el acto sexual, que es el verdadero matrimonio, la unión eterna de dos seres que quieren compartirlo todo.

Esto se contemplaba en tiempos antiguos. En tiempos modernos, el sexo se practica en forma tan liberal e irresponsable, que se tiene con quien sea. Basta que nos “haga química” en cualquier antro o cafetería.

Es en estos casos cuando las consecuencias de un acto sagrado y bello, que incluso nos da poder, lo vuelven riesgoso y muy peligroso, a pesar del condón.

Si unimos las AURAS con alguien, así haya sido una sola vez y juntamos karmas (energía, luz, vibración), esto es algo hermoso si estamos realmente enamorados, si amamos y queremos compartir lo bueno y lo malo con nuestra pareja.

Pero cuando sólo fue un acto de placer, de un rato; de igual manera unimos energías, y esta unión dura 7 años a partir de la ultima o única relación sexual con esa(s) persona(s).

¡Así es…7 largos años!, durante los cuales no se rompe el lazo y seguimos vinculados  energéticamente con quien(es) hemos compartido la cama.

Nuestro cuerpo energético se adultera más cuando la cadena es grande, porque alguien que ha tenido relaciones sexuales digamos con 3 personas, que a su vez tuvieron sexo con otras tres… puede imaginarse cuántos karmas y plasmaciones que no eran propias tiene después de esa cuenta benévola?

Basándonos en tiempos modernos… ¿Será cierto?