La serpiente y el cenote oculto de Muna

Una muchacha no hizo caso de la creencia de no bajar al cenote a buscar su agua al mediodia, pero cuando lo hizo, nadie la volvió a ver. Se dice que la serpiente la tragó.

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En muchas poblaciones de Yucatán se cuenta la historia acerca de un cenote que estaba en el centro del lugar, pero que fue tapado por diversas causas.

Antonio Salazar, artesano del municipio Muna, me contó, cuando aún vivía, que también en esta población se dio el caso.

El relato dice que cuando los españoles llegaron al lugar de lo que ahora es Muna, en la plaza había una gran caverna donde los mayas sacaban  agua. El líquido era bueno porque en el fondo había un cenote, que era un verdadero manantial. Toda la gente bajaba a buscarla para sus necesidades. 

La única limitación era que nadie debía descender al mediodía, porque, justo a las doce horas, salía una gigantesca serpiente que  habitaba allí. Era la dueña y guardiana del sagrado líquido. La persona que se atreviera a entrar en ese horario podría ser atacada por el mítico animal. 

En una ocasión, una muchacha no hizo caso de la creencia y bajó a buscar su agua. Nadie la volvió a ver. Se dice que la serpiente la tragó.

Para que no vuelva a suceder desgracia semejante, los habitantes colocaron grandes troncos de zapote sobre la cavidad y luego cubrieron todo con tierra. El cenote quedó oculto allí abajo, pero la serpiente aún vive en todas las grutas.

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