Sí, algo sucede

Los asesinatos con saña, en contra de mujeres, parecen ir en aumento.

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Algo pasa en Yucatán. En serio. Y no es para minimizar el problema. Al contrario. Hay que tomar cartas en el asunto, de lo contrario habrá más baños, pero no de agua común y corriente, sino de ¡sangre!

¿Qué sucede? Pues, a simple vista, nada, pero la neta del planeta es que los asesinatos con saña, en contra de mujeres, parecen ir en aumento. Y no sólo eso, también las damitas, en arranque de celos, temperamento o “chupidez” (o sea, andar chupando trago barato hasta la estupidez) se arman de valor y de tremendos cuchillos cebolleros para partirles sus mandarinas en gajos a sus propios machines o vividores que, para el caso, es lo mismo.

Por ejemplo, en menos de un mes, sólo en este abril, se han registrado dos asesinatos de mujeres, totalmente cosidas a puñaladas por sus parejas. El día 12, el trailero Joaquín Baños Pérez (a) “El Huacho”, de unos 56 añejos de edad, terminó con la vida de su pareja María Prudencia Poot Can, de 48 primaveras, asestándole nueve cuchillazos. La razón del crimen fue que, según declaración del émulo de “Jack el Destripador de los henequenales”, la mujer le había confesado infidelidades y hasta le había pedido, con singular alegría, que la dejara hacer su labor con otros machines y que, a cambio de esa “licencia”, ella le brindaría sus favores cuando hubiera chance. ¡Ay, qué lindo!

Lo curioso también de este crimen pasional, sin duda, fue que el trailero no huyó, se entregó a la justicia y dijo que ya estaba cansado de que su ahora ex doña le pusiera las banderillas toreras un día sí y el otro también.

Pero no acaba allí el drama. La madrugada del lunes 22, hace apenas cuatro días, un sujeto llamado Víctor Manuel Amaro López, cegado por los celos, le propinó salvaje cuchilliza a su pareja sentimental, Cecilia Isabel Carrillo Bote. Lo peor es que unos chavillos, de 11 y 6 años de edad, hijos de la ahora occisa, habrían presenciado el crimen. Al parecer, la tragedia derivó de que la fémina, al calor de los tragos, le dijo al tipo que quería separarse de él. En efecto, lo abandonó… pero de este mundo.

PRIMERA CAIDA.- En serio, hay algo en el ambiente que parece enrarecer la conducta de los seres humanos hasta transformarlos en bestias. De entrada, tratar de resolver diferencias sentimentales mediante juergas y parrandas, con litros de cerveza y licor en las venas y cerebros, no es lo más recomendable. De allí, por lo general, siempre surgirán problemas y hasta tragedias.

SEGUNDA CAIDA.- No estaría nada mal que las autoridades estatales de salud y de justicia prendan sus “cabecitas” y trabajen en algún plan para prevenir este tipo de incidentes que, por lo general, siempre dejan en la orfandad a decenas de chavitos inocentes. Y si vieron violencia, es casi seguro que, sin el tratamiento adecuado, serán adolescentes y adultos violentos.

TERCERA CAIDA.- En serio, algo sucede en Yucatán. Algo raro flota en el ambiente. ¿Acaso será el tremendo calor que azota a la entidad? Con 40 ó más grados, cualquiera se puede volver loco.

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