Si 'El Canaca viviera', con nosotros estuviera
Seguramente nunca se le ocurriría que su legendario pasaje porcino fuera sacado de las redes para dejar de sufrir escarnios.
Se me olvidó que te tenía que olvidar, sobre todo a mí que nada se me olvida. Es el argumento de Google para negar a los usuarios su derecho al olvido. Seres hartos de ser la burla en internet y que quieren hacer tabla rasa con su propia historia. Una noble aspiración la de tener una autobiografía no autorizada perfecta, alegando que el Gran Hermano autoritario mantiene su máxima de “el que controla el pasado, controla el presente; el que controla el presente, controla el futuro”.
Ciudadanos del mundo decididos a que sus fotos sin calzones, videos soft porno, señalamientos judiciales y pasajes siniestros como psicho killers sean reseteados para siempre, con el fin, supongo, de no traumatizar a su parentela si un día quieren googlearlos y se encuentran con que andaban en una orgía panista, eran amigos de La Tuta o formaban parte de la Sociedad de los Chuchos en Éxtasis. Grandiosa la humildad de estos grandes héroes de la democracia cantando al unísono aquello de “perdónanos, PRD, por ser tan guapos” en su calidad de los Rigo Tovar de la izquierda institucionalizada.
Como sea, la idea del derecho al olvido tiene cierta lógica. Pero pensemos, por ejemplo, que si El Canaca viviera, además de que con nosotros estuviera, seguramente nunca se le ocurriría que su legendario pasaje porcino fuera sacado de las redes para dejar de sufrir escarnios. Digo, ni que hubiera sido como #LadyChiles.
Pero qué pasaría si de pronto, en un afán revisionista y de limpieza memoriosa, el PRI exigiera su derecho al alzheimer selectivo y quisiera que su brillante pasado fuera mandado al averno, satán. Nombre, sería como si Sonora se quedara sin el rancho del góber Padrés. Tristemente nos quedaríamos huérfanos de idílicos momentos del PRIcámbrico temprano, donde los demonios suelen andar sueltos porque siempre serán responsables del timón, pero no de la tormenta. Y todo al ritmo del admirable Catémoc Gutiérrez diciendo “¡Ay, Dios mío, me están buleando!”. Aunque bueno, si como dice Santayana los pueblos que no tienen memoria están condenados a repetir la historia, pues podremos revivir hasta el Horror de diciembre y el Pacto por México. Wow! Parafraseando a Kundera, la lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el iCloud.
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