Si yo fuera diputado, este lunes no les daría mi voto
Nosotros pagamos y el gobierno transforma los pasivos para que ganen México y los mexicanos. Muy bien, ¿pero cómo vamos a ganar? ¿Cómo y cuándo nos regresarán el dinero?
Cuando todo estaba listo para sacar adelante las leyes energéticas en los términos conocidos y discutidos, los diputados nos dieron la sorpresa de que, vía impuestos, el gobierno federal está presto a asumir un porcentaje de los pasivos laborales de Pemex y la CFE para apuntalarlas como empresas que puedan competir con las grandes corporaciones que arribarán una vez aprobadas las leyes.
La decisión se endulza con el razonamiento de que el gobierno asumirá los pasivos, solo si las dos empresas y sus respectivos sindicatos modifican las condiciones de pensión y jubilación de los empleados de nuevo ingreso.
Impecable la teoría. Con menos carga financiera, Pemex y la CFE tendrán más recursos para invertir en producción, productividad y venta. Podrán pelear de tú a tú con los gigantes y vencerlos en buena lid.
Es decir, nosotros pagamos y el gobierno transforma los pasivos para que ganen México y los mexicanos. Muy bien, ¿pero cómo vamos a ganar? ¿Cómo y cuándo nos regresarán el dinero?
Se habla de una baja en las tarifas eléctricas y el precio de los combustibles, aunque nadie se anima a fijar un calendario. Dependerá, explican, del aterrizaje de la reforma y el mercado. Se habla de energía limpia, ingreso de capitales, miles de empleos, una derrama económica no imaginada ni en los tiempos de la bonanza lopezportillista.
¿Y si las premisas no se completan, presidente Peña Nieto, secretario Videgaray, diputado Beltrones? ¿Si no tenemos energía barata para crecer?
Si yo fuera diputado, no les daría hoy un voto a la palabra. Por qué tendría que dárselos. Así.