Sigamos con las lluvias

Es ineficiencia del equipamiento de Mérida para la recolección y desalojo de las aguas pluviales; aunado a la falta de educación y responsabilidad de los habitantes que tiranen las calles todo tipo de basura.

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Las recientes lluvias han seguido avisándonos de la ineficiencia del equipamiento de la ciudad para la recolección y desalojo de las aguas pluviales; a esta inadecuada capacidad de captación e infiltración se suma la falta de educación y responsabilidad de los habitantes de Mérida que siguen tirando en las calles todo tipo de basura, la cual, al llover, se concentra en las coladeras aumentando la ineficiencia de desalojo de estos equipamientos.

En referencia a lo ya dicho sobre  la carencia de diseño altimétrico de las calles, hay muchos casos, como la avenida Itzaes, que llaman la atención, pues hay cuadras en las que existen siete u ocho coladeras y vemos en ellas charcos permanentes que no coinciden con ninguna de ellas. Esto es resultado de la carencia de verdaderos procesos de diseño integral para asegurar la eficiencia de los equipamientos de drenaje pluvial.

Una opción que no se ha aprovechado, con un verdadero proceso de diseño y una vigilancia de los procesos constructivos, es la de los pavimentos permeables, ideales para condiciones como las de nuestra ciudad, con superficie prácticamente plana, con pendientes mínimas, con calles que se construyen con total apego a los niveles del terreno, sin desarrollar trabajos de diseño altimétrico que permitan minimizar los problemas de molestos encharcamientos.

Recuerdo hace ya casi 20 años que el Instituto de Geofísica de la UNAM trajo a Mérida un radar geodésico y desarrolló un levantamiento radiográfico de algunas calles de la ciudad, identificando la ubicación y características de grandes cuevas o grutas en el subsuelo de esas vías, señalándose la oportunidad de rediseñarlas para concentrar las aguas de lluvia en la cercanía de estos accidentes naturales del subsuelo, los cuales servirían para almacenar el agua e infiltrarla; sin embargo, ninguna autoridad se interesó en esa oportunidad de eliminar los contratiempos ocasionados por la acumulación de agua de lluvia.

Hay que hacer ingeniería, hay que considerar de manera integral todos los factores que inciden en este problema, en una región con una alta permeabilidad natural, modificada por el desarrollo urbano que privilegia la construcción de calles impermeables y planas.

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