Te voy a besar en silencio mientras me arrebatas el sueño, te voy a acariciar con errores que parezcan aciertos. Te voy a besar en silencio.

Y me ausento, entre el murmuro, entre los muros, entre el ruido, entre el eco que dejan sus besos, mientras graba encuentros sobre mi cuerpo, colmándome del vacío que deja la presencia de su ausencia, colmándome de todo, colmándome de nada, en un instante, como un breve instante.

Reviviendo esos momentos extraviados, reencontrados, postergados, hoy le extraño más que nunca, hoy le amo más que siempre y espero que se decida a robarme la conciencia porque sin ella puedo vivir, y de paso, que robe mi tiempo, que se robe mi cuerpo, que robe mi espera, que robe su ausencia y me lleve con ella.

Que me lleve con todo y me deje sin nada mientras caigo de rodillas, casi rendida, enamorada, apasionada, convirtiéndome en el sudor sobre su cuerpo, la urgencia con la que me besa, la pasión que esconde el silencio, la promesa del silencio, mientras me convierto en todo eso y más.

Esta noche espero que sueñe conmigo, combinando sus sueños con los míos. Y mientras despierta, yo me quedo soñando, abrazando el cuarto menguante, sonriendo, entrelazando su historia con la mía, entretejiendo sus dedos con mi vida.