¿Sindicato de boxeadores?
El objetivo de la asociación sería defenderse de los promotores abusivos que se aprovechan de sus necesidades y les pagan con 'tortillas duras'.
Ayer corrió el rumor de que en Mérida se creará el Sindicato de Boxeadores y Manejadores con la finalidad de defenderse de los promotores abusivos que se aprovechan de sus necesidades y les pagan con “tortillas duras”.
Hasta ahí, todo va bien, porque es verdad que los jóvenes púgiles que se inician en el profesionalismo muchas veces tienen que aceptar sueldos raquíticos porque se topan con vivales que les dan una bicoca y, en otro de los casos hasta les “pagan” con boletos con el consentimiento de su mánager.
Ante la necesidad de tener actividad en un cuadrilátero el joven que se inicia en este deporte tiene que aceptar lo que le den o no tendrá acción y, al final opta por el retiro y con él se va un futuro campeón nacional o mundial.
El joven empresario José Toraya, con el púgil José “Barretas” Pinzón, le entrará a la promoción del deporte de los puños de corte popular y en donde los aficionados verán los retornos al boxeo del polémico Juan “Loquito” Kantún y de Eduardo “Lalo” Torres.
La empresa “Barreta pura” promete honradez y trato justo a los boxeadores yucatecos que trabajen con ellos, ofreciéndoles un sueldo decoroso, sin “pellizcarles” un peso.
Unión de comisiones
Al propósito, quieren reactivar la Unión de Comisiones de Boxeo del Sureste, misma que ha estado acéfala por casi 5 años.
Es un organismo que fue creado para unificar criterios entre los organismos colegiados de la región y evitar los combates desiguales para que no sucedan accidentes en el ring.
De la misma manera reactivarán los cetros del Sureste, exitosos en su momento, porque los monarcas de cada división eran considerados en las listas de la Comisión de Boxeo del entonces DistritoFederal y eran elegibles para disputar un cinto nacional cuando éste de verdad tenía valor.
Había camaradería y juntas anuales con dirigentes de comisiones, como las de Minatitlán y Jalapa, del estado de Veracruz, así como en Salina Cruz, Oaxaca; Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de las Casas y Ocozocoautla, en Chiapas; Ciudad del Carmen y la capital Campeche. En Yucatán, las únicas reconocidas, las de Valladolid, Chicxulub Pueblo y Mérida, y en Quintana Roo, sólo Cancún y Chetumal.
Ojalá que se vuelvan unir, pero no para “grillar” o estar al servicio de los empresarios que desafortunadamente monopolizaron el boxeo y quieren manejar a su antojo a comisionados o dirigentes del deporte de los puños.
Ojala se unan para proteger la integridad física y vida de púgiles que son llevados como “carne de cañón” y ante la superioridad de su rival sufren aparatosos accidentes.
Nos recordaron unos paisanos chiapanecos que no olvidan al joven púgil que fue noqueado en Tuxtla Gutiérrez hace algunos años y está postrado en una cama de su domicilio.
Ojalá nos informen qué ha pasado con él y si ha recibido apoyo de la empresa que lo contrató o lo abandonaron a su suerte.